14/10/2018, 19:43
El único que no caía en las garras de lo desconocido era aquel hombre que, lejos de estar en su sano juicio, estaba borracho hasta las trancas. Y es que el alcohol en su estado más puro siempre hacía magia, y te hacía ver delante de tus ojos algo que no era. Sucedía con las mujeres, ¿por qué no con Kaido? quizás, a los ojos de aquel hombre, no era tan feo.
La mano del escualo se deslizó —la derecha, que estaba libre—. hacia su monedero, y sacó el total por la cena y la cama y...
—Y tráigale otra cerveza al caballero, yo le invito la próxima ronda —desde luego, habían un par de monedas adicionales para cubrir los gastos de cortesía.
La mano del escualo se deslizó —la derecha, que estaba libre—. hacia su monedero, y sacó el total por la cena y la cama y...
—Y tráigale otra cerveza al caballero, yo le invito la próxima ronda —desde luego, habían un par de monedas adicionales para cubrir los gastos de cortesía.