14/10/2018, 20:05
(Última modificación: 14/10/2018, 22:42 por Uchiha Datsue. Editado 3 veces en total.)
Uchiha Datsue había oído hablar de aquella torre en numerosas misiones que había realizado en el País de la Tierra. Se lo habían comentado en el trágico encargo que había realizado junto a Koko, a la que, en la vuelta, habían secuestrado y asesinado. Se lo habían dicho, también, de paso a la misión con Inuzuka Nabi y Uzumaki Eri. Y se lo había comentado un borracho en Yamiria.
Demasiadas veces como para no prestarle atención.
No es que fuese allí a meditar, ni mucho menos. Ni siquiera a entrenar. El Uchiha estaba más interesado en el poderoso fuuinjutsu que, según contaban las leyendas, alguien había lanzado un día sobre la torre. Un fuuinjutsu que la hacía irrompible. Un fuuinjutsu que, de ser replicable en un ser humano, le haría invencible.
Tan invencible como para colarse en el lago de una Villa extranjera y salir ileso de ello.
Sacudió la cabeza. Tenía que concentrarse. Estaba en lo alto de esta, sobre el gran tablón de madera que, a golpe de vista, debía medir aproximadamente diez metros. Por suerte, se encontraba solo, y pese a que soplaba el viento y hacía frío, los nubarrones que le habían perseguido en gran parte del viaje le habían dado tregua por aquel día.
Se agachó sobre el tablón y pasó la mano por la superficie. Aquella técnica le recordaba, en cierta parte, al Gofū Kekkai. Pero allí no había sello alguno. «O no los hay a simple vista», se recordó.
Otra ráfaga de viento se coló entre sus ropajes, y el Uchiha se arrebujó en su capa de viaje color ocre, que cubría su cuerpo entero y ocultaba cualquier instrumento o distintivo ninja. Claro que tanta discreción no servía de nada si luego…
—Veamos si de verdad eres irrompible, hijueputa.
… lanzabas un Gōkakyū a bocajarro.
Demasiadas veces como para no prestarle atención.
No es que fuese allí a meditar, ni mucho menos. Ni siquiera a entrenar. El Uchiha estaba más interesado en el poderoso fuuinjutsu que, según contaban las leyendas, alguien había lanzado un día sobre la torre. Un fuuinjutsu que la hacía irrompible. Un fuuinjutsu que, de ser replicable en un ser humano, le haría invencible.
Tan invencible como para colarse en el lago de una Villa extranjera y salir ileso de ello.
Sacudió la cabeza. Tenía que concentrarse. Estaba en lo alto de esta, sobre el gran tablón de madera que, a golpe de vista, debía medir aproximadamente diez metros. Por suerte, se encontraba solo, y pese a que soplaba el viento y hacía frío, los nubarrones que le habían perseguido en gran parte del viaje le habían dado tregua por aquel día.
Se agachó sobre el tablón y pasó la mano por la superficie. Aquella técnica le recordaba, en cierta parte, al Gofū Kekkai. Pero allí no había sello alguno. «O no los hay a simple vista», se recordó.
Otra ráfaga de viento se coló entre sus ropajes, y el Uchiha se arrebujó en su capa de viaje color ocre, que cubría su cuerpo entero y ocultaba cualquier instrumento o distintivo ninja. Claro que tanta discreción no servía de nada si luego…
—Veamos si de verdad eres irrompible, hijueputa.
… lanzabas un Gōkakyū a bocajarro.
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado