14/10/2018, 23:29
—Yo tampoco me lo esperaba, la verdad. El destino puede ser muy caprichoso a veces.
Ella sonrió con la amejin, la verdad es que razón no la faltaba en absoluto.
—Siento haberte cogido así, yo... digamos que prefiero pasar desapercibida lo máximo posible. No sería raro que aquí hubiera alguien que hubiera asistido al examen de chunin y terminara por reconocerme como el monstruo que estuvo a punto de arrasarlo todo... —añadió, apenada y sombría—. Por eso debo pedirte que no le cuentes a nadie que nos hemos encontrado. Yo tampoco lo haré.
Ella tragó y se le borró ligeramente la sonrisa, pero luego ató cabos y asintió, decidida. Lo mejor era no compartir con nadie de su villa que se había encontrado con Aotsuki Ayame en Tanzaku Gai, pues probablemente todo acabaría en discusiones.
—De hecho... me viene muy bien haberme encontrado precisamente contigo.
—¿Ah, sí? —preguntó, entre curiosa y algo asustada por no saber desde donde iba a salir Ayame—. ¿De qué se trata?
Ella sonrió con la amejin, la verdad es que razón no la faltaba en absoluto.
—Siento haberte cogido así, yo... digamos que prefiero pasar desapercibida lo máximo posible. No sería raro que aquí hubiera alguien que hubiera asistido al examen de chunin y terminara por reconocerme como el monstruo que estuvo a punto de arrasarlo todo... —añadió, apenada y sombría—. Por eso debo pedirte que no le cuentes a nadie que nos hemos encontrado. Yo tampoco lo haré.
Ella tragó y se le borró ligeramente la sonrisa, pero luego ató cabos y asintió, decidida. Lo mejor era no compartir con nadie de su villa que se había encontrado con Aotsuki Ayame en Tanzaku Gai, pues probablemente todo acabaría en discusiones.
—De hecho... me viene muy bien haberme encontrado precisamente contigo.
—¿Ah, sí? —preguntó, entre curiosa y algo asustada por no saber desde donde iba a salir Ayame—. ¿De qué se trata?