14/10/2018, 23:47
Juro se sentía mareado y cansado. Todo había sido una locura desde hacía unos días, y era incapaz de sobreponerse. Ese desafortunado viaje al valle del fin no solo no le había ayudado a mejorar en sus deberes y pensamientos de su nuevo cargo, sino que le había destrozado mentalmente.
« No puedo quitarme de la cabeza las palabras de Eri » — reflexionó Juro. Parecía dolida por su comportamiento. ¿Realmente había obrado mal? ¿Se lo debía?
Sin saber a donde ir, no quiso regresar a su aldea. Necesitaba vagar por el camino, con la idea de que, probablemente, encontraría la respuesta a sus dudas.
Por eso, pasó de largo, hasta el país del rayo, a un lugar que siempre había querido visitar. Las aguas termales. Muchos decían que eran aguas mágicas, que ayudaban a liberar las penas de las personas. Su hermana siempre le había dicho que eso era una soberana estupidez: era agua caliente, nada más. Ayudaba a relajarse, como cualquier otro entretenimiento, y te hacía sentir bien un rato, pero eso era todo.
Igualmente, Juro pensó que lo necesitaba. Necesitaba un rato para relajarse y poder pensar realmente.
— Esto es tan difícil — murmuró.
El olor a mierda de perro se lo había quitado ya, hacía un rato. Se había desecho de su polo negro y ahora llevaba una camiseta azul holgada, tal y como una vez llevo una verde. Pero poco importaba ya. Juro consiguió hacerse con una habitación para pasar el día. A pesar de que era tarde, consiguió hacerse con un lugar en un hotel veinticuatro horas. Ahí pudo dejar sus cosas (le pesaba todo mucho) y ser otra vez una persona, fuera de sus obligaciones shinobi.
« Ojala pudiera pasar más tiempo así » — Sin embargo, el deber le llamaba, y mañana volvería a la villa. Tenía que aprovechar ahora que podía.
Entró en los baños, ya desprovisto de toda ropa. Sin prestar atención a su alrededor, se sumergió totalmente en las aguas calientes, dejando que la temperatura relajase sus cansados músculos. Juro esbozó una sonrisa, al verse al menos un poco más relajado. Se apartó el flequillo de la frente, y entonces, miró a su alrededor.
Y ahí se dio cuenta de que no estaba solo, y que conocía al otro que estaba. Como que se había peleado con él hace muy poco tiempo.
« Oh, venga ya. ¿En serio? » — ¿En serio, destino? ¿En serio?
Juro no supo que pensar. ¿Debía odiarle por lo que había pasado? ¿Matarle? Estaban desnudos y sin armas. No pensaba iniciar una pelea, y menos desnudo. Además, era... era hasta gracioso.
— N-no te había visto. Hola. — dijo, y no supo si reír, llorar o ambas cosas —. Esto es un poco incómodo.
« No puedo quitarme de la cabeza las palabras de Eri » — reflexionó Juro. Parecía dolida por su comportamiento. ¿Realmente había obrado mal? ¿Se lo debía?
Sin saber a donde ir, no quiso regresar a su aldea. Necesitaba vagar por el camino, con la idea de que, probablemente, encontraría la respuesta a sus dudas.
Por eso, pasó de largo, hasta el país del rayo, a un lugar que siempre había querido visitar. Las aguas termales. Muchos decían que eran aguas mágicas, que ayudaban a liberar las penas de las personas. Su hermana siempre le había dicho que eso era una soberana estupidez: era agua caliente, nada más. Ayudaba a relajarse, como cualquier otro entretenimiento, y te hacía sentir bien un rato, pero eso era todo.
Igualmente, Juro pensó que lo necesitaba. Necesitaba un rato para relajarse y poder pensar realmente.
— Esto es tan difícil — murmuró.
El olor a mierda de perro se lo había quitado ya, hacía un rato. Se había desecho de su polo negro y ahora llevaba una camiseta azul holgada, tal y como una vez llevo una verde. Pero poco importaba ya. Juro consiguió hacerse con una habitación para pasar el día. A pesar de que era tarde, consiguió hacerse con un lugar en un hotel veinticuatro horas. Ahí pudo dejar sus cosas (le pesaba todo mucho) y ser otra vez una persona, fuera de sus obligaciones shinobi.
« Ojala pudiera pasar más tiempo así » — Sin embargo, el deber le llamaba, y mañana volvería a la villa. Tenía que aprovechar ahora que podía.
Entró en los baños, ya desprovisto de toda ropa. Sin prestar atención a su alrededor, se sumergió totalmente en las aguas calientes, dejando que la temperatura relajase sus cansados músculos. Juro esbozó una sonrisa, al verse al menos un poco más relajado. Se apartó el flequillo de la frente, y entonces, miró a su alrededor.
Y ahí se dio cuenta de que no estaba solo, y que conocía al otro que estaba. Como que se había peleado con él hace muy poco tiempo.
« Oh, venga ya. ¿En serio? » — ¿En serio, destino? ¿En serio?
Juro no supo que pensar. ¿Debía odiarle por lo que había pasado? ¿Matarle? Estaban desnudos y sin armas. No pensaba iniciar una pelea, y menos desnudo. Además, era... era hasta gracioso.
— N-no te había visto. Hola. — dijo, y no supo si reír, llorar o ambas cosas —. Esto es un poco incómodo.
Hablo / Pienso
Avatar hecho por la increible Eri-sama.
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Sellos implantados: Hermandad intrepida
- Juro y Datsue : Aliento nevado, 218. Poder:60