15/10/2018, 04:12
(Última modificación: 15/10/2018, 04:20 por King Roga. Editado 1 vez en total.)
—¡Huh!— Sonrió ante el discurso de Daigo. —Sí fuese tan fácil que todos entendieran y cooperasen, nadie iría a la guerra en primer lugar. De todas formas, creo que hablo por la mayoría cuando digo que alguien no se vuelve shinobi deseando el caos. Al final, muchos deseamos proteger a nuestros allegados, pero la forma de lograrlo es lo que nos divide—. Ni el mismo se creía lo que acababa de decir. "Maldición, no debo dejar que se me pegue lo ñoño de este sujeto. Debo ser el tipo rudo al que todo mundo le mira las espaldas, ¡concéntrate Rōga!" Y de inmediato se cruzó de brazos para reafirmar su decisión.
—Cómo sea, dalo por hecho. Si me topo con alguno de los dos, se los haré saber. Por ahora, es momento de que yo me marche. Aún tengo una parada antes de regresar a mi aldea, así que por ahora he de decir adiós. Fue todo un placer conocerte, te agradezco por este encuentro—. Entonces el Yotsuki caminó, rodeando a Daigo por la izquierda y parándose justo a su lado. —Recuerda que la próxima vez que nos veamos, será para batirnos. Estaré esperando ese día, Tsukiyama Daigo, hasta ese entonces— Remató para seguir su camino hasta las puertas de acceso del dojo.
"Ohhhh, claro que sí hombre. Eso es una salida con mucho estilo, qué grande soy..."
Aquel día salió de ahí con una nueva meta: Encontrar su propio arte, su propio camino. Además de tener un nuevo rival y quién sabe si amigo; alguien que influyó en él sin saberlo. A partir de ahí, pasaría una última noche en Sendōshi, para luego continuar con sus aventuras.
—Cómo sea, dalo por hecho. Si me topo con alguno de los dos, se los haré saber. Por ahora, es momento de que yo me marche. Aún tengo una parada antes de regresar a mi aldea, así que por ahora he de decir adiós. Fue todo un placer conocerte, te agradezco por este encuentro—. Entonces el Yotsuki caminó, rodeando a Daigo por la izquierda y parándose justo a su lado. —Recuerda que la próxima vez que nos veamos, será para batirnos. Estaré esperando ese día, Tsukiyama Daigo, hasta ese entonces— Remató para seguir su camino hasta las puertas de acceso del dojo.
"Ohhhh, claro que sí hombre. Eso es una salida con mucho estilo, qué grande soy..."
Aquel día salió de ahí con una nueva meta: Encontrar su propio arte, su propio camino. Además de tener un nuevo rival y quién sabe si amigo; alguien que influyó en él sin saberlo. A partir de ahí, pasaría una última noche en Sendōshi, para luego continuar con sus aventuras.