15/10/2018, 18:00
— Kazuma-kun, llevamos una clase más que productiva para el primer día. Pero me gustaría preparar una última cosa, si no te importa, antes de terminar — dijo Juro, sonriendo —. ¿Podrías ir a por alguna bebida mientras preparo todo? No me importa realmente cuál, lo dejó a tu elección. Hay una tienda saliendo de los dojos, en la calle de atrás. No tiene pérdida.
—Entendido. Volveré pronto —dijo mientras se marchaba.
En cuanto salió del dojo noto que las calles ya no estaban tan vacías como cuando llego. Estaban los ancianos que salían a pasear bajo el benigno sol mañana, la gente que se encaminaba al mercado para hacer las compras del día y los niños que corrían emocionados con dirección a algún parque.
Kazuma dio la vuelta al edificio y se encamino por una calle que no había recorrido antes. En la misma se encontró con un local, la “Tienda de Takeshi”. No sabía quién era esa tal Takeshi, y jamás había escuchado de aquel lugar.
—Está un poco oculto…
El exterior estaba abandonado, siendo él la única persona en aquella calle. Se acercó un poco más, pero desde el exterior no podía percibirse movimiento o presencia alguna. Sintiéndose un tanto maleducado, pero intrigado y sin otra opción, deslizo la puerta corrediza lentamente, para luego llamar al interior:
—Buenas, ¿hay alguien atendiendo?
—Entendido. Volveré pronto —dijo mientras se marchaba.
En cuanto salió del dojo noto que las calles ya no estaban tan vacías como cuando llego. Estaban los ancianos que salían a pasear bajo el benigno sol mañana, la gente que se encaminaba al mercado para hacer las compras del día y los niños que corrían emocionados con dirección a algún parque.
Kazuma dio la vuelta al edificio y se encamino por una calle que no había recorrido antes. En la misma se encontró con un local, la “Tienda de Takeshi”. No sabía quién era esa tal Takeshi, y jamás había escuchado de aquel lugar.
—Está un poco oculto…
El exterior estaba abandonado, siendo él la única persona en aquella calle. Se acercó un poco más, pero desde el exterior no podía percibirse movimiento o presencia alguna. Sintiéndose un tanto maleducado, pero intrigado y sin otra opción, deslizo la puerta corrediza lentamente, para luego llamar al interior:
—Buenas, ¿hay alguien atendiendo?
![[Imagen: aab687219fe81b12d60db220de0dd17c.gif]](https://i.pinimg.com/originals/aa/b6/87/aab687219fe81b12d60db220de0dd17c.gif)