17/10/2018, 22:55
Pero antes de que pudiera hacer nada más, Daruu aterrizó a unos pocos metros del hombre y le exigió la liberación del animal.
El pescadero, alarmado ante la repentina aparición del muchacho, se quedó congelado en el sitio momentáneamente. Sus ojos viraron desde Yuki hasta el rostro de Daruu, y desde ahí descendieron hasta su bandana y la placa que le identificaba como ninja de rango medio. Apretó las mandíbulas, claramente irritado, como si se estuviera conteniendo para no estampar al gato contra el suelo. Sin embargo, como civil, lo último que se le ocurriría sería desobedecer la orden de un shinobi, y mucho menos si se trataba de un Chūnin. Y sus dedos aflojaron momentáneamente el agarre...
Pero entonces sus ojos se detuvieron en las muñecas del chico.
—E... ¿Es una orden de un shinobi esposado? —torció el gesto, tembloroso y aterrorizado como un banquero ante la llegada de un ladrón, y sus ojos comenzaron a vagar de un lado a otro de la calle, como si buscara algo.
El pescadero, alarmado ante la repentina aparición del muchacho, se quedó congelado en el sitio momentáneamente. Sus ojos viraron desde Yuki hasta el rostro de Daruu, y desde ahí descendieron hasta su bandana y la placa que le identificaba como ninja de rango medio. Apretó las mandíbulas, claramente irritado, como si se estuviera conteniendo para no estampar al gato contra el suelo. Sin embargo, como civil, lo último que se le ocurriría sería desobedecer la orden de un shinobi, y mucho menos si se trataba de un Chūnin. Y sus dedos aflojaron momentáneamente el agarre...
Pero entonces sus ojos se detuvieron en las muñecas del chico.
—E... ¿Es una orden de un shinobi esposado? —torció el gesto, tembloroso y aterrorizado como un banquero ante la llegada de un ladrón, y sus ojos comenzaron a vagar de un lado a otro de la calle, como si buscara algo.