21/10/2018, 23:46
Ingenuos. Demasiado ingenuos, todos y cada uno de ellos, dispuestos a hostigar a una bestia en el patio de su propia casa, tal y como lo había hecho Uchiha Datsue allá en los examenes de Chunin. ¿No era prioritario preguntarse si aquello había sido un accionar acertado por parte del intrépido, el de picotear con el palillo de la vergüenza a un extranjero una, y una, y otra vez; hasta desgastar los grilletes de la cordialidad y/o de la cordura? ¿acaso estaban ellos dispuestos a probar suerte con Umikiba Kaido?
Quizás se sentían a salvo, teniendo en cuenta que él no era un guardián. Aunque, lo que no sabían, es que él albergaba otra clase de monstruo. Peligroso al fin y al cabo.
Y es que, que un tigre tuviera menos rayas no le hacía menos letal.
—No, no van a tomar nada —se atrevió a contestar por ellos. Basta de formalidades, pensó. El comentario del borracho sobre el incidente de su guardiana había rebozado su poca paciencia—. seguro que tienen asuntos más importantes donde meter las narices, que los de éste humilde servidor. Ahora, si no os molesta, quiero cenar en paz para irme a pegar una buena siesta.
Por último, una mirada furtiva. Primero a Daigo, el más sensato, y finalmente a Yota.
«No me toquéis los cojones, por lo que más quieran. O esto va a tener que ponerse peliagudo»
Quizás se sentían a salvo, teniendo en cuenta que él no era un guardián. Aunque, lo que no sabían, es que él albergaba otra clase de monstruo. Peligroso al fin y al cabo.
Y es que, que un tigre tuviera menos rayas no le hacía menos letal.
—No, no van a tomar nada —se atrevió a contestar por ellos. Basta de formalidades, pensó. El comentario del borracho sobre el incidente de su guardiana había rebozado su poca paciencia—. seguro que tienen asuntos más importantes donde meter las narices, que los de éste humilde servidor. Ahora, si no os molesta, quiero cenar en paz para irme a pegar una buena siesta.
Por último, una mirada furtiva. Primero a Daigo, el más sensato, y finalmente a Yota.
«No me toquéis los cojones, por lo que más quieran. O esto va a tener que ponerse peliagudo»