24/10/2018, 16:06
» Supongo que sabes como comportarte ante una dama, ¿no? Es tu turno de decirme tu nombre, shinobi -san — Y desde luego, pobre de Kazuma si llegaba a preguntarle su edad.
—Mi nombre es Hanamura Kazuma, y estoy encantado de conocerte, Meiko-san —se presentó, haciendo una leve inclinación.
Lo cierto es que aquella señora y su pasatiempo se le hacían fascinantes, aunque un tanto caóticos, faltos de moderación. Pensó en que inevitablemente aquella mujer terminaría por darse muerte a sí misma. O peor, terminaría por secuestrar y torturar a alguien…, aunque con su edad era difícil que pudiera hacer eso. Pero si llegaba a mantenerse libre de problemas el tiempo suficiente, podría resultar ser una amistad interesante.
—Ha sido una visita cautivadora, Meiko-san, pero ya es momento de concluirla —sentencio, sereno y claro—. He estado fuera por suficiente tiempo y no quisiera que mi sensei se preocupe y viniese a buscarme.
Aquella resultaba una forma sutil de decirle que, si no le permitía irse, alguien vendría a buscarle y entonces descubrirían su peculiar pasatiempo. Algo típico de Kazuma, puesto que no era asiduo a utilizar la fuerza para resolver sus problemas, aunque si podía propinar un buen porrazo si algun necio se interponía en su camino.
—Mi nombre es Hanamura Kazuma, y estoy encantado de conocerte, Meiko-san —se presentó, haciendo una leve inclinación.
Lo cierto es que aquella señora y su pasatiempo se le hacían fascinantes, aunque un tanto caóticos, faltos de moderación. Pensó en que inevitablemente aquella mujer terminaría por darse muerte a sí misma. O peor, terminaría por secuestrar y torturar a alguien…, aunque con su edad era difícil que pudiera hacer eso. Pero si llegaba a mantenerse libre de problemas el tiempo suficiente, podría resultar ser una amistad interesante.
—Ha sido una visita cautivadora, Meiko-san, pero ya es momento de concluirla —sentencio, sereno y claro—. He estado fuera por suficiente tiempo y no quisiera que mi sensei se preocupe y viniese a buscarme.
Aquella resultaba una forma sutil de decirle que, si no le permitía irse, alguien vendría a buscarle y entonces descubrirían su peculiar pasatiempo. Algo típico de Kazuma, puesto que no era asiduo a utilizar la fuerza para resolver sus problemas, aunque si podía propinar un buen porrazo si algun necio se interponía en su camino.
![[Imagen: aab687219fe81b12d60db220de0dd17c.gif]](https://i.pinimg.com/originals/aa/b6/87/aab687219fe81b12d60db220de0dd17c.gif)