26/10/2018, 21:06
Daruu se acercó a una piedra al borde de la plaza y la pateó con desdén. «¿Pero quién me manda a mi meterme en estos marrones, macho?», pensó. El muchacho entonces alzó la barbilla y desvió la mirada hacia un lado, suspicaz. El ceño fruncido, miró a un lado y a otro. Le acababa de invadir una curiosa sensación. De pronto, se había dado cuenta de que no oía el chicle de Suka. Y es que un extraño silencio había invadido la plaza.
El tiempo, como si el reloj que lleva la cuenta de los días del mundo shinobi se hubiera caído y se hubiera roto, y ahora se estuviera derramando encima de ellos, sonaba en forma de un tic-tac que le puso los pelos de punta. La risa ahora eran las risas, y parecían venir de todas partes, y de ninguna al mismo tiempo. Daruu se giró y observó a sus compañeros. Suka comenzó a romperse como si sólo hubiera estado hecho de un extraño papel negro. Sin que nada pudieran hacer, el viento lo arrastró.
—¡Suka-san! —exclamó Daruu—. Karamaru, ¿qué está pasando? ¿Has visto eso? —Se volteó a su otro compañero, y cuando sus miradas se cruzaron, pareció ver un destello rojo. Sacudió la cabeza—. ¡Eh, Karamaru!
Pero había algo raro en la mirada de Karamaru, que ahora se le antojaba desfigurada y maligna. El calvo agarró un kunai y se puso en guardia, como si esperase pelear. Daruu entrecerró los ojos un momento y no pudo ignorar ya más los signos de que algo no iba bien. Con un rápido movimiento de muñecas, hizo que sus katanas volvieran a sus posiciones, y juntó las manos en un sello simple.
»¡Kai! —Aquello parecía a todas luces un Genjutsu. Y si lo era, tenía que romperlo en pedazos.
El tiempo, como si el reloj que lleva la cuenta de los días del mundo shinobi se hubiera caído y se hubiera roto, y ahora se estuviera derramando encima de ellos, sonaba en forma de un tic-tac que le puso los pelos de punta. La risa ahora eran las risas, y parecían venir de todas partes, y de ninguna al mismo tiempo. Daruu se giró y observó a sus compañeros. Suka comenzó a romperse como si sólo hubiera estado hecho de un extraño papel negro. Sin que nada pudieran hacer, el viento lo arrastró.
—¡Suka-san! —exclamó Daruu—. Karamaru, ¿qué está pasando? ¿Has visto eso? —Se volteó a su otro compañero, y cuando sus miradas se cruzaron, pareció ver un destello rojo. Sacudió la cabeza—. ¡Eh, Karamaru!
Pero había algo raro en la mirada de Karamaru, que ahora se le antojaba desfigurada y maligna. El calvo agarró un kunai y se puso en guardia, como si esperase pelear. Daruu entrecerró los ojos un momento y no pudo ignorar ya más los signos de que algo no iba bien. Con un rápido movimiento de muñecas, hizo que sus katanas volvieran a sus posiciones, y juntó las manos en un sello simple.
»¡Kai! —Aquello parecía a todas luces un Genjutsu. Y si lo era, tenía que romperlo en pedazos.
![[Imagen: K02XwLh.png]](https://i.imgur.com/K02XwLh.png)