28/10/2018, 15:06
—¿De verdad? ¿A Jōnin? —repitió Ayame, y ella asintió, con un ligero rubor en sus mejillas—. ¡Eso es genial, Eri-chan! ¡No conozco a nadie de Uzushiogakure que lo merezca más que tú, de verdad! ¡Muchas felicidades! —se llevó la mano a la nuca y rascó la parte inferior de su cabello, bastante incómoda ante la situación: sus amigos y familiares la habían felicitado por alcanzar dicho rango, pero no se esperaba que Ayame estuviese tan feliz con aquello—: Oh, perdona. Quizás ahora debería llamarte Eri-senpai.
Por eso mismo.
—¡No, no! —corrió a pedir, bochornada—. Eri está bien, no me gusta que utilicen senpai conmigo, yo sigo siendo la misma —afirmó, con ahora una sonrisa más amplia que la anterior—. Gracias, Ayame, es todo un detalle que pienses eso de mí.
Pero cuando le tocó el turno a ella su rostro cambió ligeramente, pasando de tener una sonrisa alegre a cambiar totalmente el gesto.
—No podían ascenderme después... de lo que pasó. Era algo obvio —confesó la muchacha, y ella entendió a qué se refería. Su descontrol probablemente echó por tierra sus oportunidades de ascender, aunque si bien no tuvo toda la culpa, comprendía su situación. Le dedicó una sonrisa de esas que la gente decía haber heredado de su propio padre, bonachonas y sin ningún tipo de mala intención, y agregó:
—Probablemente a la próxima logres ascender, eres una excelente kunoichi, y nadie puede negarlo.
Su conversación fue interrumpida por la mujer que antaño había tomado nota de sus pedidos. No las reconoció y no podía culparla tras un año, pues habría visto mucha gente en ese periodo de tiempo. Eri miró a su acompañante, que pidió primero, y luego llegó su turno.
—Para mí un batido de vainilla con una bolita de helado, por favor —pidió con amabilidad.
Por eso mismo.
—¡No, no! —corrió a pedir, bochornada—. Eri está bien, no me gusta que utilicen senpai conmigo, yo sigo siendo la misma —afirmó, con ahora una sonrisa más amplia que la anterior—. Gracias, Ayame, es todo un detalle que pienses eso de mí.
Pero cuando le tocó el turno a ella su rostro cambió ligeramente, pasando de tener una sonrisa alegre a cambiar totalmente el gesto.
—No podían ascenderme después... de lo que pasó. Era algo obvio —confesó la muchacha, y ella entendió a qué se refería. Su descontrol probablemente echó por tierra sus oportunidades de ascender, aunque si bien no tuvo toda la culpa, comprendía su situación. Le dedicó una sonrisa de esas que la gente decía haber heredado de su propio padre, bonachonas y sin ningún tipo de mala intención, y agregó:
—Probablemente a la próxima logres ascender, eres una excelente kunoichi, y nadie puede negarlo.
Su conversación fue interrumpida por la mujer que antaño había tomado nota de sus pedidos. No las reconoció y no podía culparla tras un año, pues habría visto mucha gente en ese periodo de tiempo. Eri miró a su acompañante, que pidió primero, y luego llegó su turno.
—Para mí un batido de vainilla con una bolita de helado, por favor —pidió con amabilidad.
![[Imagen: ksQJqx9.png]](https://i.imgur.com/ksQJqx9.png)