29/10/2018, 22:45
Nabi volvió a contestar a Eri de la forma más apática posible, y ella, frunciendo los labios, se quedó sin nada que decir. Las lágrimas picaban en sus ojos, pero allí estaba, aguantando el pase como fuese, hasta que un carraspeo sacó de sus pensamientos a la pelirroja.
—Buenos días, chicos.
Se acordó de que alrededor de ella había un mundo que seguía moviéndose a pesar de sus dramas internos, por eso se recompuso y miró a la recepcionista, evitando todo lo posible girar sus ojos azules y posarlos en el muchacho que se encontraba a su lado.
—Buenos días —saludó de vuelta, con una voz algo más dulce que antes pero con el mismo tono triste—. Fui llamada esta mañana para que acudiese aquí, ¿ha ocurrido algo? —preguntó, focalizando toda su atención en lo que fuera que fuese aquello tan importante.
—Buenos días, chicos.
Se acordó de que alrededor de ella había un mundo que seguía moviéndose a pesar de sus dramas internos, por eso se recompuso y miró a la recepcionista, evitando todo lo posible girar sus ojos azules y posarlos en el muchacho que se encontraba a su lado.
—Buenos días —saludó de vuelta, con una voz algo más dulce que antes pero con el mismo tono triste—. Fui llamada esta mañana para que acudiese aquí, ¿ha ocurrido algo? —preguntó, focalizando toda su atención en lo que fuera que fuese aquello tan importante.