30/10/2018, 02:35
—Nada más que añadir, pues, eso era todo —retirada era retirada, fuera momentánea o no. El que había ganado aquel pulso había sido Kaido, con creces, y Yota así lo confirmó en cuanto abrió la boca para secundar la idea de su compañero.
—Bien, la verdad es que solo quería asegurarme que todo estaba en orden visto el alboroto que habías montado, así que voy a creerte. Espero que no me decepciones, Kaido.
«Vas a creerme porque sencillamente estás tan cagado que no te queda de otra. Venga, a pastar, kusareños»
El gyojin no dijo nada. Ni cuando éste se despidió, ni cuando dejó el dulce, o cuando susurró a la camarera. Tan solo contempló en silencio aquella retirada circunstancial con el pecho inflado, y una sonrisa rebosante de victoria. Y lo mejor de todo, que no había tenido que mover un puto dedo.
Ahora podía tomarse a gusto su sopa. Si es que hubiese una en su plato.
—¿Te quedará más de ese rico caldo, de casualidad? —comentó, jocoso.
Eso de ser exiliado le quedaba de perlas.
—Bien, la verdad es que solo quería asegurarme que todo estaba en orden visto el alboroto que habías montado, así que voy a creerte. Espero que no me decepciones, Kaido.
«Vas a creerme porque sencillamente estás tan cagado que no te queda de otra. Venga, a pastar, kusareños»
El gyojin no dijo nada. Ni cuando éste se despidió, ni cuando dejó el dulce, o cuando susurró a la camarera. Tan solo contempló en silencio aquella retirada circunstancial con el pecho inflado, y una sonrisa rebosante de victoria. Y lo mejor de todo, que no había tenido que mover un puto dedo.
Ahora podía tomarse a gusto su sopa. Si es que hubiese una en su plato.
—¿Te quedará más de ese rico caldo, de casualidad? —comentó, jocoso.
Eso de ser exiliado le quedaba de perlas.