1/11/2018, 17:05
(Última modificación: 1/11/2018, 17:05 por Uzumaki Eri.)
Eri se encogió de hombros, esperando a que la encargada le diera el recado, pero Nabi pareció hablar primero.
—Si es por una misión, me niego.
Torció el gesto, bastante contrariada. ¿Querían mandarlos de misión, a ambos? Eso era lo primero, claro, porque... Porque Nabi se negaba a ir con ella. Bajó los hombros cuando él enfrentó la mirada de la mujer que estaba tras el mostrador y desvió la mirada con gesto triste.
—¿Un genin diciendole a una chunin y una jounin que se niega a algo? Creo que hoy no va a ser el día, Nabi.
Se vio con ganas de protestar y decir que le cediesen la misión a otras personas, pero tuvo que pensárselo. Tenía cierto poder como Jounin, pero tampoco quería abusar de su recién estrenado cargo, así que todo recaía sobre Nabi.
— Está bien.
Aunque antes de que cediese, Eri ya tenía el pergamino sobre sus manos.
«Quizá podría haberlo intentado yo sola...»
Con resignación abrió el papel y leyó con detenimiento la información que ofrecía. Era en los Herreros, y su misión era encontrar un arma junto a uno de los trabajadores del lugar. «Tetsuya...» releyó, parecían familiares. Unos bandidos... Vale, lo que necesitaban era ir a Los Herreros lo antes posible.
Le tendió el pergamino a Nabi y tomando el rol como la líder, anunció:
—Voy a coger provisiones para ir a Los Herreros, no será mucho tiempo pero más nos vale estar preparados, nos vemos en media hora en las puertas de la aldea —sentenció, luego miró a Kiyomi—. Gracias por la información, Kiyomi-san, nos veremos en unos días.
Y se fue.
—Si es por una misión, me niego.
Torció el gesto, bastante contrariada. ¿Querían mandarlos de misión, a ambos? Eso era lo primero, claro, porque... Porque Nabi se negaba a ir con ella. Bajó los hombros cuando él enfrentó la mirada de la mujer que estaba tras el mostrador y desvió la mirada con gesto triste.
—¿Un genin diciendole a una chunin y una jounin que se niega a algo? Creo que hoy no va a ser el día, Nabi.
Se vio con ganas de protestar y decir que le cediesen la misión a otras personas, pero tuvo que pensárselo. Tenía cierto poder como Jounin, pero tampoco quería abusar de su recién estrenado cargo, así que todo recaía sobre Nabi.
— Está bien.
Aunque antes de que cediese, Eri ya tenía el pergamino sobre sus manos.
«Quizá podría haberlo intentado yo sola...»
Con resignación abrió el papel y leyó con detenimiento la información que ofrecía. Era en los Herreros, y su misión era encontrar un arma junto a uno de los trabajadores del lugar. «Tetsuya...» releyó, parecían familiares. Unos bandidos... Vale, lo que necesitaban era ir a Los Herreros lo antes posible.
Le tendió el pergamino a Nabi y tomando el rol como la líder, anunció:
—Voy a coger provisiones para ir a Los Herreros, no será mucho tiempo pero más nos vale estar preparados, nos vemos en media hora en las puertas de la aldea —sentenció, luego miró a Kiyomi—. Gracias por la información, Kiyomi-san, nos veremos en unos días.
Y se fue.