2/11/2018, 00:43
Pero claro, alguien tenía que cometer la locurita del día. No podíamos irnos sin más, tenía que aparecer el gennin de turno que optase por hacer algo y cuanto más alocado fuese, mucho mejor. Ese genin, en aquel día, era Daigo.
—No deberíamos simplemente dejar a Kumopansa —dijo—. No sé tú, pero yo no confío en nada de lo que ha dicho y era evidente que no lo iba a soltar así como así.
»Propongo mantenernos cerca... un tiempo, tío, si pasa algo no podremos reaccionar desde Kusa.
Suspiré realmente hondo para no soltarle un bofetón allí mismo, como si Juro me hubiese poseído de forma temporal. Estaba claro que el peliverde no había analizado la situación debidamente y se encontraba en peligro consigo mismo.
— ¿Y qué propones? ¿esperar a que salga el amejin para darnos de hostias contra él? ---- aquello era todo lo que se me ocurría si nos quedábamos allí — Usa la maldita cabeza, Daigo. Ese tipo estuve haciendo el examen de ascenso a chunnin en Uzushiogakure. Nosotros ni siquiera fuimos inscritos. Lo más normal es que sea más poderosos que tu y que yo. Por consecuencia es una temeridad y una imprudencia siquiera valorar un enfrentamiento directo. Tu si quieres quédate a hacer de saco de boxeo. Yo he dejado a Kumopansa porque es una experta en el camuflaje y el sigilo y si ocurre algo malo ella me informará, yo haré lo que debería hacer y volveré a Kusagakure a contárselo al Morikage
Saqué un caramelo de mi petaca. Era de limón. Sabroso y contundente, justo lo que necesitaba en aquellos instantes. Mientras tanto, Kumopansa ya se había camuflado en la copa de alguno de esos arboles, cumpliendo con su tarea.
— ¿Y bien? ¿te quedas o prefieres volver?
—No deberíamos simplemente dejar a Kumopansa —dijo—. No sé tú, pero yo no confío en nada de lo que ha dicho y era evidente que no lo iba a soltar así como así.
»Propongo mantenernos cerca... un tiempo, tío, si pasa algo no podremos reaccionar desde Kusa.
Suspiré realmente hondo para no soltarle un bofetón allí mismo, como si Juro me hubiese poseído de forma temporal. Estaba claro que el peliverde no había analizado la situación debidamente y se encontraba en peligro consigo mismo.
— ¿Y qué propones? ¿esperar a que salga el amejin para darnos de hostias contra él? ---- aquello era todo lo que se me ocurría si nos quedábamos allí — Usa la maldita cabeza, Daigo. Ese tipo estuve haciendo el examen de ascenso a chunnin en Uzushiogakure. Nosotros ni siquiera fuimos inscritos. Lo más normal es que sea más poderosos que tu y que yo. Por consecuencia es una temeridad y una imprudencia siquiera valorar un enfrentamiento directo. Tu si quieres quédate a hacer de saco de boxeo. Yo he dejado a Kumopansa porque es una experta en el camuflaje y el sigilo y si ocurre algo malo ella me informará, yo haré lo que debería hacer y volveré a Kusagakure a contárselo al Morikage
Saqué un caramelo de mi petaca. Era de limón. Sabroso y contundente, justo lo que necesitaba en aquellos instantes. Mientras tanto, Kumopansa ya se había camuflado en la copa de alguno de esos arboles, cumpliendo con su tarea.
— ¿Y bien? ¿te quedas o prefieres volver?
![[Imagen: K1lxG4r.png]](https://i.imgur.com/K1lxG4r.png)
![[Imagen: dlinHLO.png]](https://i.imgur.com/dlinHLO.png)
Narro ~ Hablo ~ Pienso ~ Kumopansa