2/11/2018, 15:35
El viejo confirmó sus sospechas acerca del precio que aquel objeto en concreto podría llegar a alcanzar en la subasta, siendo éste tan valioso, imaginaban que se llegaría a pagar bastante por él y, por lo que Shida decía, la primera oferta que se hiciera por él sería bastante importante.
El hombre acercó las tazas a la mesa y se sentó junto a Riko, que agarró la suya y la palpó para ver si estaba demasiado caliente para probarla del tirón.
—. lo primero que tenemos que hacer es tantear el terreno. Ver quiénes acudieron, ya que no siempre somos los mismos, y codearse un poco con ellos. Hacerles saber que estás ahí y que vas en serio. Claro que mientras te sacas un poco el rabo, con todo el perdón de la palabra, has de tener el oído bien fino para ver qué se le escapa a los otros. Aunque por lo general se es bastante cauto en esta etapa inicial donde compartes un par de copas y poco más.
»Lo interesante viene después. Por lo general, toda subasta tiene una programación que se respeta a rajatabla durante la noche. No la conoces hasta que empieza el evento. Se presentan varios objetos y dejan para último lo más importante, en éste caso, el Grimorio. ¿Hasta ahí, me sigues?
El pelinegro iba haciendo notas mentales según el viejo hablaba, tratando de recordar todo aquello, que parecía ser un resumen muy básico del funcionamiento de aquellos eventos.
El joven asintió.
—Sí, creo que hasta ahí, bien. — Expresó. —Es decir, que nosotros tenemos que hacernos notar en el momento de compartir copas, charlar y demás, y luego en la subasta propia, lo que nos interesa es esperar hasta que salga el objeto que queremos, ¿no es así?
El hombre acercó las tazas a la mesa y se sentó junto a Riko, que agarró la suya y la palpó para ver si estaba demasiado caliente para probarla del tirón.
—. lo primero que tenemos que hacer es tantear el terreno. Ver quiénes acudieron, ya que no siempre somos los mismos, y codearse un poco con ellos. Hacerles saber que estás ahí y que vas en serio. Claro que mientras te sacas un poco el rabo, con todo el perdón de la palabra, has de tener el oído bien fino para ver qué se le escapa a los otros. Aunque por lo general se es bastante cauto en esta etapa inicial donde compartes un par de copas y poco más.
»Lo interesante viene después. Por lo general, toda subasta tiene una programación que se respeta a rajatabla durante la noche. No la conoces hasta que empieza el evento. Se presentan varios objetos y dejan para último lo más importante, en éste caso, el Grimorio. ¿Hasta ahí, me sigues?
El pelinegro iba haciendo notas mentales según el viejo hablaba, tratando de recordar todo aquello, que parecía ser un resumen muy básico del funcionamiento de aquellos eventos.
El joven asintió.
—Sí, creo que hasta ahí, bien. — Expresó. —Es decir, que nosotros tenemos que hacernos notar en el momento de compartir copas, charlar y demás, y luego en la subasta propia, lo que nos interesa es esperar hasta que salga el objeto que queremos, ¿no es así?
~ Narro ~ Hablo ~ «Pienso»