2/11/2018, 22:06
—Todo tuyo.
—Buena actuación —respondió al joven con el que se cruzó. Lo cierto es que no lo había hecho mal… «… para ser un amateur».
El Uchiha localizó un shamisen y lo asió con delicadeza. Acarició la madera, sus cuerdas, tratando de conocer cada curva, bondad y defecto del instrumento. Él era un experto en tocarlo, por supuesto, pero en tocar su shamisen. Pese a que la gente poco entendida le pareciesen todos iguales, nada más lejos de la realidad. No era lo mismo tocar con tu propio shamisen que con uno prestado, así como no era lo mismo montar el caballo que criaste desde pequeño a uno que acabas de comprar a un pueblerino. «O hacer el amor con tu pareja a… Bueno, céntrate que sino no empiezas».
Se colocó en el centro del escenario y rasgó las cuerdas con el bachi, arrancando notas musicales que fueron in crescendo. Por un momento, se aisló del mundo, centrado en su propia música. En la suavidad de las cuerdas. En el ritmo vertiginoso que imprimía en ellas, arrancando decenas de notas en cuestión de segundos.
La melodía llegó al punto más álgido, para luego ir bajando poco a poco el ritmo. Se permitió mirar al público, y vio a Riko junto a una chica que había sacado a bailar. Se le escapó una sonrisilla traviesa. El muy granuja le había hecho caso. «Pues habrá que hacer una canción que se preste a bailar pegadito, romanticona pero con un toque picante. Para que luego digan que no me preocupo por mis gennins. ¿Cuál podría ser? Hmm… Oh, sí. Esa sin duda».
—¡Mi primer beso fue...! —proyectó su voz por todo el escenario, habilidoso. La suya no era una voz de ópera. Nadie diría que cantaba como los ángeles. Pero se defendía, y tenía esa voz de granujilla que pegaba muy bien con las canciones que solía cantar.
Mi primer beso. Ese era el nombre que había decidido poner a aquella canción, compuesta meses atrás. Hablaba de una chica que conocía en un bar. De cómo la había sacado a bailar y, en contrapunto, de cómo había sido ella la que se había lanzado a por el beso. La letra continuaba sugiriendo, en un par de metáforas para nada rebuscadas y bastante sencillas de pillar, lo que había sido una noche desenfrenada de amor. Todo en un tono humorístico, en el que la historia terminaba con la chica dejando al protagonista de la historia con el corazón roto.
—Buena actuación —respondió al joven con el que se cruzó. Lo cierto es que no lo había hecho mal… «… para ser un amateur».
El Uchiha localizó un shamisen y lo asió con delicadeza. Acarició la madera, sus cuerdas, tratando de conocer cada curva, bondad y defecto del instrumento. Él era un experto en tocarlo, por supuesto, pero en tocar su shamisen. Pese a que la gente poco entendida le pareciesen todos iguales, nada más lejos de la realidad. No era lo mismo tocar con tu propio shamisen que con uno prestado, así como no era lo mismo montar el caballo que criaste desde pequeño a uno que acabas de comprar a un pueblerino. «O hacer el amor con tu pareja a… Bueno, céntrate que sino no empiezas».
Se colocó en el centro del escenario y rasgó las cuerdas con el bachi, arrancando notas musicales que fueron in crescendo. Por un momento, se aisló del mundo, centrado en su propia música. En la suavidad de las cuerdas. En el ritmo vertiginoso que imprimía en ellas, arrancando decenas de notas en cuestión de segundos.
La melodía llegó al punto más álgido, para luego ir bajando poco a poco el ritmo. Se permitió mirar al público, y vio a Riko junto a una chica que había sacado a bailar. Se le escapó una sonrisilla traviesa. El muy granuja le había hecho caso. «Pues habrá que hacer una canción que se preste a bailar pegadito, romanticona pero con un toque picante. Para que luego digan que no me preocupo por mis gennins. ¿Cuál podría ser? Hmm… Oh, sí. Esa sin duda».
—¡Mi primer beso fue...! —proyectó su voz por todo el escenario, habilidoso. La suya no era una voz de ópera. Nadie diría que cantaba como los ángeles. Pero se defendía, y tenía esa voz de granujilla que pegaba muy bien con las canciones que solía cantar.
Mi primer beso. Ese era el nombre que había decidido poner a aquella canción, compuesta meses atrás. Hablaba de una chica que conocía en un bar. De cómo la había sacado a bailar y, en contrapunto, de cómo había sido ella la que se había lanzado a por el beso. La letra continuaba sugiriendo, en un par de metáforas para nada rebuscadas y bastante sencillas de pillar, lo que había sido una noche desenfrenada de amor. Todo en un tono humorístico, en el que la historia terminaba con la chica dejando al protagonista de la historia con el corazón roto.
![[Imagen: ksQJqx9.png]](https://i.imgur.com/ksQJqx9.png)
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado