2/11/2018, 22:32
Kitama Shida infló los cachetes como un crío y se cruzó de brazos.
—Pues, digamos que tanto como yo. O más. No sé, esa mala hierba es bastante astuta y tenía buen oído para todo. Siempre presente en todas mis negociaciones, aprendiendo mientras me chupaba la existencia, la pasta y alguna que otra cosa más rígida en mi juventud. ¡Es una vampira!
—Pues, digamos que tanto como yo. O más. No sé, esa mala hierba es bastante astuta y tenía buen oído para todo. Siempre presente en todas mis negociaciones, aprendiendo mientras me chupaba la existencia, la pasta y alguna que otra cosa más rígida en mi juventud. ¡Es una vampira!