2/11/2018, 23:18
El Uchiha optó por una música más tradicional, con una lírica que recordaba quizás a uno de los más grandes males de los que sufren los seres humanos: el amor. Las parejas aprovecharon el pegadizo ritmo para tener un acercamiento más íntimo, a juego con la jovial voz de Datsue que pese a no ser la más armoniosa de los presentes claramente estaba a juego con el mensaje a transmitir. No era una canción que nadie hubiese escuchado antes, pero al tratarse de un tema tan humano cómo lo puede ser una aventura romántica, el público podía sentirse identificado con la tonada y disfrutarla entre risas y recuerdos.
"Jo, que fácil es complacer a los mayores." Se divertía para sus adentros mientras sorbía con una pajilla de un batido que mandó a pedir, mientras apoyaba el codo de su brazo derecho en la mesa y dejaba reposar la mitad de su rostro en la palma de su mano. "Esa clase de letras siempre tienen éxito entre las masas." Rió en solitario. Él se creía demasiado bueno como para sufrir del mal de amores, aunque quizás simplemente era demasiado niño aún para aventurarse y preocuparse por una mujer. "Da igual que sea trillado, lo importante es pasar un buen rato." Continuó bebiendo.
En la pista, la muchacha sonreía mientras veía a Riko esforzarse por llevar el ritmo, dudando si ayudarle con algunos pasos.
—El gusto es mío, Riko-san. Puedes llamarme Homura— Contestó mientras daban vueltas en la pista, siendo que el Kaguya quería continuar la conversación mientras disfrutaban de la danza. —¿Qué clase de pregunta es esa?— Rió a continuación. —Cómo se nota que eres un turista, si no, sabrías que este hotel pertenece a mi familia, tontito—. Añadió con tono alegre y con una gran sonrisa en sus labios, dejando ver que más que insulto era una pequeña broma.
El ritmo no paraba. No importaba que tan buena o mala fuera la canción, todos querían pasarlo bien. Un joven alto, de ropas ligeramente holgadas y colores apagados se acercó al borde de la tarima, siendo seguramente el siguiente en subir en lo que Datsue finalizaba con su canción.
"Jo, que fácil es complacer a los mayores." Se divertía para sus adentros mientras sorbía con una pajilla de un batido que mandó a pedir, mientras apoyaba el codo de su brazo derecho en la mesa y dejaba reposar la mitad de su rostro en la palma de su mano. "Esa clase de letras siempre tienen éxito entre las masas." Rió en solitario. Él se creía demasiado bueno como para sufrir del mal de amores, aunque quizás simplemente era demasiado niño aún para aventurarse y preocuparse por una mujer. "Da igual que sea trillado, lo importante es pasar un buen rato." Continuó bebiendo.
En la pista, la muchacha sonreía mientras veía a Riko esforzarse por llevar el ritmo, dudando si ayudarle con algunos pasos.
—El gusto es mío, Riko-san. Puedes llamarme Homura— Contestó mientras daban vueltas en la pista, siendo que el Kaguya quería continuar la conversación mientras disfrutaban de la danza. —¿Qué clase de pregunta es esa?— Rió a continuación. —Cómo se nota que eres un turista, si no, sabrías que este hotel pertenece a mi familia, tontito—. Añadió con tono alegre y con una gran sonrisa en sus labios, dejando ver que más que insulto era una pequeña broma.
El ritmo no paraba. No importaba que tan buena o mala fuera la canción, todos querían pasarlo bien. Un joven alto, de ropas ligeramente holgadas y colores apagados se acercó al borde de la tarima, siendo seguramente el siguiente en subir en lo que Datsue finalizaba con su canción.