3/11/2018, 15:46
Pero Umikiba Kaido no consiguió demasiado. Apenas unas palabras de ánimo y un asentimiento. La sopa, de fideo gordo y espesa, no sabía tan mal como la pinta que tenía. Bjowl le ofreció un pan duro para acompañar la comida, y buen vaso de agua. O de cerveza, si lo prefería.
Poco a poco, los clientes fueron subiendo a sus respectivas habitaciones, y finalmente Caurl se despidió de los dos.
—Ha sido un placer, caballeros —soltó tras dejar pagada su consumición.
El hombre había bebido por tres personas, e increíblemente, no se tambaleó al ponerse en pie. Ni siquiera le temblaba la voz al hablar, más allá de que le chispeaban los ojos. Tras irse, Bjowl empezó a recoger los platos y cubiertos de las mesas.
—Ahora que lo pienso —dijo, como quien no quería la cosa—. Quizá sí conozca un sitio que sepan valorar tus… cualidades.
Poco a poco, los clientes fueron subiendo a sus respectivas habitaciones, y finalmente Caurl se despidió de los dos.
—Ha sido un placer, caballeros —soltó tras dejar pagada su consumición.
El hombre había bebido por tres personas, e increíblemente, no se tambaleó al ponerse en pie. Ni siquiera le temblaba la voz al hablar, más allá de que le chispeaban los ojos. Tras irse, Bjowl empezó a recoger los platos y cubiertos de las mesas.
—Ahora que lo pienso —dijo, como quien no quería la cosa—. Quizá sí conozca un sitio que sepan valorar tus… cualidades.