4/11/2018, 02:26
El lugar era tal y como el joven lo había imaginado, aquel aspecto rústico, típico de una taberna de un pueblo perdido en mitad de los Arrozales del Silencio, los barriles de cerveza, un puñado de mesas y sillas y la barra, lugar hacia el que se dirigió el Kaguya nada más entrar, más concretamente, se sentó justo frente a la camarera, que se dedicaba a secar vasos.
—¡Buenas! — Saludó el genin, cordial. —¿Podría ponerme un refresco de naranja, por favor?
Tenía claro que la primera a la que iba a preguntar era ella, sin duda, trabajando allí conocería a gran parte del pueblo, si es que no conocía a la totalidad del mismo, por lo que esperó a que la mujer le atendiera para comenzar a preguntarla.
—¡Buenas! — Saludó el genin, cordial. —¿Podría ponerme un refresco de naranja, por favor?
Tenía claro que la primera a la que iba a preguntar era ella, sin duda, trabajando allí conocería a gran parte del pueblo, si es que no conocía a la totalidad del mismo, por lo que esperó a que la mujer le atendiera para comenzar a preguntarla.
~ Narro ~ Hablo ~ «Pienso»