4/11/2018, 03:13
Y surtió efecto. Vaya si surgió efecto. El Uchiha se relamió de enfermiza satisfacción ante las heridas del otro, como lo hacía, irónicamente, Shukaku con cada pesadilla que le mostraba. «¡Jódete, capullo! ¡A probar de tu propia medicina!» Lejos de arrepentirse, hinchó el pecho.
—¿Psicópata yo? ¡Estás como una puta cabra! —le espetó, intentando que su ilusión pasase desapercibida. Que la gente pensase que realmente se había vuelto loco.
Se produjeron más gritos, uno de los cuales reveló que aquel tío estaba en libertad condicional. Y, lo que de verdad rompió todos sus esquemas: la chica con la que había estado bailando Riko era la dueña del local. «¡No-jodas!». ¿Tan pequeña y ya con un hotel? ¡Y él que pensaba que le iba bien en los negocios para ser tan joven!
Con una serenidad que le produjo estupor, la chica golpeó la cabeza del bandido con una cubeta. Luego le sonrió, y hubo algo en aquella sonrisa que le puso los vellos de punta. Era la sonrisa de Akasha. Era la sonrisa de la hermana de Koko, aquella que se comía a la gente que mataba. Sí, últimamente se cruzaba con muchas locas.
—Esto… Yo no… ¡Uou! —Fue tan rápido e inesperado que ni su Sharingan lo vio venir. Un golpetazo con el cubo que le dio en la sien y le hizo ver las estrellas. Sintió un dolor palpitante en el acto, y no le hizo falta llevarse la mano a la cabeza para saber que se estaba gestando un chichón—. Oye, que yo solo estaba defendiéndome, de verdad que no quería armar jaleo. —soltó sin respirar, del tirón.
Empezaba a darse cuenta de la peliaguda situación en la que se había puesto. No era la enemistad que se había creado con aquellos tres patanes, sino la posibilidad de que lo echasen de allí. En plena noche. Sin ningún otro sitio donde dormir. «Joder, Riko, ¡ya te vale! ¡Tenías que haberme parado!»
—¿Psicópata yo? ¡Estás como una puta cabra! —le espetó, intentando que su ilusión pasase desapercibida. Que la gente pensase que realmente se había vuelto loco.
Se produjeron más gritos, uno de los cuales reveló que aquel tío estaba en libertad condicional. Y, lo que de verdad rompió todos sus esquemas: la chica con la que había estado bailando Riko era la dueña del local. «¡No-jodas!». ¿Tan pequeña y ya con un hotel? ¡Y él que pensaba que le iba bien en los negocios para ser tan joven!
Con una serenidad que le produjo estupor, la chica golpeó la cabeza del bandido con una cubeta. Luego le sonrió, y hubo algo en aquella sonrisa que le puso los vellos de punta. Era la sonrisa de Akasha. Era la sonrisa de la hermana de Koko, aquella que se comía a la gente que mataba. Sí, últimamente se cruzaba con muchas locas.
—Esto… Yo no… ¡Uou! —Fue tan rápido e inesperado que ni su Sharingan lo vio venir. Un golpetazo con el cubo que le dio en la sien y le hizo ver las estrellas. Sintió un dolor palpitante en el acto, y no le hizo falta llevarse la mano a la cabeza para saber que se estaba gestando un chichón—. Oye, que yo solo estaba defendiéndome, de verdad que no quería armar jaleo. —soltó sin respirar, del tirón.
Empezaba a darse cuenta de la peliaguda situación en la que se había puesto. No era la enemistad que se había creado con aquellos tres patanes, sino la posibilidad de que lo echasen de allí. En plena noche. Sin ningún otro sitio donde dormir. «Joder, Riko, ¡ya te vale! ¡Tenías que haberme parado!»
![[Imagen: ksQJqx9.png]](https://i.imgur.com/ksQJqx9.png)
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado