4/11/2018, 03:33
Kaido asintió y se dio vuelta, con las manos en los bolsillos; ignorando ávidamente al gordo impaciente, a la par de que dejaba paso libre para atender al resto de la fila.
Sólo entonces aguardó a la llegada de su socio. O al menos, del que esperaba que lo fuera.
Sólo entonces aguardó a la llegada de su socio. O al menos, del que esperaba que lo fuera.