4/11/2018, 19:52
—¡Suerte!
Oh, Ikari, Ikari. No había señales de ella. No le encontraba por ningún lado, y eso que el pueblo era pequeño. ¿En dónde cojones se había metido esa párvula? ¿A dónde le habría llevado su olfato a buscar?
Desde luego que no a la cabaña verde. Como había dicho la tabernera, estaba al final de la vereda, casi pegada a los límites del vallado. Sin cosecha, ni animales, nada. Y ni rastro de la Inuzuka por esos lares.
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Oh, Ikari, Ikari. No había señales de ella. No le encontraba por ningún lado, y eso que el pueblo era pequeño. ¿En dónde cojones se había metido esa párvula? ¿A dónde le habría llevado su olfato a buscar?
Desde luego que no a la cabaña verde. Como había dicho la tabernera, estaba al final de la vereda, casi pegada a los límites del vallado. Sin cosecha, ni animales, nada. Y ni rastro de la Inuzuka por esos lares.