4/11/2018, 20:00
No había encontrado a Ikari por ningún lado, a saber dónde se habría metido la chica, por lo que decidió ir él solo a la cabaña que la tabernera le había indicado, y ya de paso intentaría buscar a la Inuzuka de camino hasta allí.
Riko llegó al final de la vereda y no había encontrado ni la más mínima señal de Ikari, y aquello le mosqueó un poco, aunque no sabía muy bien por qué.
Se acercó a la cabaña a paso lento, tratando de darle todo el tiempo posible a la Inuzuka para que le alcanzase y, llegado a un punto, frente a la puerta de la casa, dio un par de golpecitos con los nudillos en la madera, esperando que alguien le abriera y poder hablar con doña Yuni.
«A ver qué le digo yo a esta mujer...»
Se había llevado la mano a las sienes, tratando de pensar en cómo iba a afrontar aquella situación tan peliaguda.
Riko llegó al final de la vereda y no había encontrado ni la más mínima señal de Ikari, y aquello le mosqueó un poco, aunque no sabía muy bien por qué.
Se acercó a la cabaña a paso lento, tratando de darle todo el tiempo posible a la Inuzuka para que le alcanzase y, llegado a un punto, frente a la puerta de la casa, dio un par de golpecitos con los nudillos en la madera, esperando que alguien le abriera y poder hablar con doña Yuni.
«A ver qué le digo yo a esta mujer...»
Se había llevado la mano a las sienes, tratando de pensar en cómo iba a afrontar aquella situación tan peliaguda.
~ Narro ~ Hablo ~ «Pienso»