4/11/2018, 22:23
(Última modificación: 5/11/2018, 00:45 por Amedama Daruu. Editado 1 vez en total.)
De nuevo, la sonrisa de Kurama se tornó una mueca de rabia, si bien esta vez más pronunciada. Bajó la mano que Kokuō había apartado de un manotazo y clavó la vista en el suelo.
—Hablas de lo mal que nos trataron los humanos, luego pasas a decir que contradigo a Padre porque quería que colaborásemos con ellos, y luego vuelves a decir que no colaborarás con ellos. Ni con tu hermano. Hmpf. —Se rascó la coronilla con impaciencia—. Eres ilógica, Kokuō. Pues bien, haz lo que te de la gana. Pronto, Oonindo será mío, estés a mi lado o no. Y descuida, no me arrepiento de haberte liberado. Seas una estúpida arrogante o no, sigues siendo hermana mía. Si cambias de opinión, nos encontrarás al norte del País de la Tormenta, más allá de la Cordillera Tsukima. Puedes preguntar por Maimai, en un pequeño hotel al norte de Yukio llamado Alba del Invierno.
El cuerpo de Kuroyuki dio una sacudida, y la mujer cayó al suelo de espaldas.
—¡Aghhh! —Se agarró la cabeza con ambas manos, dolorida.
—Hablas de lo mal que nos trataron los humanos, luego pasas a decir que contradigo a Padre porque quería que colaborásemos con ellos, y luego vuelves a decir que no colaborarás con ellos. Ni con tu hermano. Hmpf. —Se rascó la coronilla con impaciencia—. Eres ilógica, Kokuō. Pues bien, haz lo que te de la gana. Pronto, Oonindo será mío, estés a mi lado o no. Y descuida, no me arrepiento de haberte liberado. Seas una estúpida arrogante o no, sigues siendo hermana mía. Si cambias de opinión, nos encontrarás al norte del País de la Tormenta, más allá de la Cordillera Tsukima. Puedes preguntar por Maimai, en un pequeño hotel al norte de Yukio llamado Alba del Invierno.
El cuerpo de Kuroyuki dio una sacudida, y la mujer cayó al suelo de espaldas.
—¡Aghhh! —Se agarró la cabeza con ambas manos, dolorida.