5/11/2018, 12:19
(Última modificación: 5/11/2018, 12:19 por Amedama Daruu.)
Kokuō pasó a su lado, y Kuroyuki creyó que pagaría su enfado con Kurama con ella. Apretó los dientes y cerró los ojos, pero el bijū no le hizo absolutamente ningún caso y siguió su camino.
«¿Interés? Yo de verdad aprecio a Kurama-sama, Kokuō-sama. De verdad lo hago. N-no lo entiende.»
Se levantó, se sacudió el polvo de la ropa y observó la estatua decapitada desde allá abajo.
«Mientras otros ninjas se conforman con seguir a sus kages, nosotros le seguimos a él, por su legítimo derecho. ¿Qué problema hay? ¿Cuál es la diferencia?»
«¿Interés? Yo de verdad aprecio a Kurama-sama, Kokuō-sama. De verdad lo hago. N-no lo entiende.»
Se levantó, se sacudió el polvo de la ropa y observó la estatua decapitada desde allá abajo.
«Mientras otros ninjas se conforman con seguir a sus kages, nosotros le seguimos a él, por su legítimo derecho. ¿Qué problema hay? ¿Cuál es la diferencia?»