5/11/2018, 21:34
—¿U-Un zumo de melocotón seria posible?— añadió intimidada levantando el dedo indice tembloroso.
El sujeto tras la barra le miro con extrañeza y levanto los hombros en señal de indiferencia, pues pedir aquellas cosas extrañas era algo típico en los forasteros. Luego observo al peliblanco, esperando que pidiese algo igual de extravagante.
—Yo quiero unas gachas de avena, para sacarme el frio de encima.
—Eh... Si, no tardara —Miro de reojo a Kazuma, sintiendo familiar aquella forma de pedir las cosas.
El hombre se retiró hasta desaparecer en las sombras de lo que debia de ser la cocina, refunfuñando un tanto por tener que hacer gachas y picar melocotones. Prefería simplemente servir un trago de alcohol y ahorrarse trabajo. Aunque aquello era mejor que darles una mala dosis de licor y que resultasen ser de aquellos extranjeros revoltosos y problematicos. Puso a hervir una olla de leche y comenzó a deshuesar la fruta, mientras sentía crecer su curiosidad sobre aquel par de recien llegados.
—Te vez un poco fuera de lugar —bromeo Kazuma, mientras se sentaba a la barra y giraba una silla para su acompañante, invitandole a acomodarse bajo la macilenta luz—. Vamos siéntate y descansa un poco, llamaras la atención si te mantienes tan alerta.
El sujeto tras la barra le miro con extrañeza y levanto los hombros en señal de indiferencia, pues pedir aquellas cosas extrañas era algo típico en los forasteros. Luego observo al peliblanco, esperando que pidiese algo igual de extravagante.
—Yo quiero unas gachas de avena, para sacarme el frio de encima.
—Eh... Si, no tardara —Miro de reojo a Kazuma, sintiendo familiar aquella forma de pedir las cosas.
El hombre se retiró hasta desaparecer en las sombras de lo que debia de ser la cocina, refunfuñando un tanto por tener que hacer gachas y picar melocotones. Prefería simplemente servir un trago de alcohol y ahorrarse trabajo. Aunque aquello era mejor que darles una mala dosis de licor y que resultasen ser de aquellos extranjeros revoltosos y problematicos. Puso a hervir una olla de leche y comenzó a deshuesar la fruta, mientras sentía crecer su curiosidad sobre aquel par de recien llegados.
—Te vez un poco fuera de lugar —bromeo Kazuma, mientras se sentaba a la barra y giraba una silla para su acompañante, invitandole a acomodarse bajo la macilenta luz—. Vamos siéntate y descansa un poco, llamaras la atención si te mantienes tan alerta.
![[Imagen: aab687219fe81b12d60db220de0dd17c.gif]](https://i.pinimg.com/originals/aa/b6/87/aab687219fe81b12d60db220de0dd17c.gif)