7/11/2018, 04:12
Uchiha Datsue caminaba por el Jardín de los Cerezos con la indumentaria oficial de Chunin: chaleco carmesí con cuello y bolsillos grises; camisa larga por debajo y pantalón de color azul oscuro; y unas botas altas, que dejaban al descubierto los dedos. También la placa identificativa en el brazo derecho, y la bandana ninja colgando del cuello.
Le había cogido cariño a la indumentaria oficial, especialmente ahora en invierno, con la llegada del frío. Además, con su mala suerte, quizá no tardaría mucho en que le degradasen de nuevo. Mejor aprovechar y lucir su status mientras pudiese.
El Uchiha, como de costumbre en los últimos meses —quién le diría a él hace un año, con lo vago que era—, se encontraba perfeccionando sus habilidades ninja. Eso podía consistir en duros entrenamientos por la mañana, en la playa, hasta desarrollar nuevos fuuinjutsus y katones. En aquella ocasión, sin embargo, no era ninguna de las dos.
Datsue empezaba a creer que se estaba estancando. Las técnicas de fuego y de sellado estaban muy bien, pero sentía que le faltaba algo. Una variante en su arsenal que le hiciese más completo, como su Hermano. Por eso estaba allí, paseando, con un pergamino abierto entre las manos.
Un pergamino que enseñaba los primeros pasos para descubrir la segunda naturaleza más afín a tu cuerpo.
Sí, sabía que era un camino largo y duro. Dominar dos naturalezas era algo que pocos conseguían. O eso le decían, porque se rodeaba de amigos que sí lo habían logrado. Akame, Eri, Nabi… Todos ellos le habían adelantado, y desde hace tiempo, en aquel aspecto. «Joder, apuesto a que Daruu también. Y Ayame. Y Kaido. Malditos cabrones, no puedo quedarme atrás»
Tan concentrado como iba en su lectura, chocó sin querer contra un joven parado frente a un templo.
—Oh, disculpa. —Una rápida visual le dijo que no le conocía de nada—. Iba despistado.
Le había cogido cariño a la indumentaria oficial, especialmente ahora en invierno, con la llegada del frío. Además, con su mala suerte, quizá no tardaría mucho en que le degradasen de nuevo. Mejor aprovechar y lucir su status mientras pudiese.
El Uchiha, como de costumbre en los últimos meses —quién le diría a él hace un año, con lo vago que era—, se encontraba perfeccionando sus habilidades ninja. Eso podía consistir en duros entrenamientos por la mañana, en la playa, hasta desarrollar nuevos fuuinjutsus y katones. En aquella ocasión, sin embargo, no era ninguna de las dos.
Datsue empezaba a creer que se estaba estancando. Las técnicas de fuego y de sellado estaban muy bien, pero sentía que le faltaba algo. Una variante en su arsenal que le hiciese más completo, como su Hermano. Por eso estaba allí, paseando, con un pergamino abierto entre las manos.
Un pergamino que enseñaba los primeros pasos para descubrir la segunda naturaleza más afín a tu cuerpo.
Sí, sabía que era un camino largo y duro. Dominar dos naturalezas era algo que pocos conseguían. O eso le decían, porque se rodeaba de amigos que sí lo habían logrado. Akame, Eri, Nabi… Todos ellos le habían adelantado, y desde hace tiempo, en aquel aspecto. «Joder, apuesto a que Daruu también. Y Ayame. Y Kaido. Malditos cabrones, no puedo quedarme atrás»
Tan concentrado como iba en su lectura, chocó sin querer contra un joven parado frente a un templo.
—Oh, disculpa. —Una rápida visual le dijo que no le conocía de nada—. Iba despistado.
![[Imagen: ksQJqx9.png]](https://i.imgur.com/ksQJqx9.png)
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado