7/11/2018, 23:45
El Uchiha asintió, pensativo, mientras Riko se explicaba. «Bueno, si ha estado entrenando contra otros ninjas más poderosos, es normal que le hayan dado para el pelo... ¡Pero lo que no puede ser es que eso le desmotive!» Al final, Akame acabó negando con la cabeza en señal de profundo desagrado.
—Entrenar contra shinobis más poderosos te ayudará a mejorar a un ritmo mucho mayor que si lo hicieras contra tus iguales —enunció, levantando el dedo índice, con una contundencia categórica—. Pero por eso mismo, debes ser consciente en todo momento de que tu objetivo no es ganar, sino aprender lo máximo posible. Y, al mismo tiempo, tienes que conservar en tu mente el ansia por derrotar a tu adversario... ¡Así es!
Sin embargo, cuando Riko mencionó que Datsue y él habían tenido un combate de práctica y que el Hermano del Desierto había valorado su potencial durante el mismo, un brillo de orgullo se pudo ver en los ojos de Akame. Aun reticente, el Uchiha acabó por explicarse.
—¿Un combate de entrenamiento contra Datsue, eh? —murmuró—. Y dime, Riko-san, ¿estarías dispuesto a que el Hermano del Desierto restante evaluara ese potencial?
El guante estaba lanzado. Akame llevaba demasiado tiempo sin entrenar con nadie que no fuese su compañera predilecta, y tampoco había "catado" a ninguno de los jóvenes genin de la nueva hornada. «Además, todo eso de la "nueva Generación de Oro" está muy de moda en la Aldea estos días. Hora de comprobar si es verdad...»
—Entrenar contra shinobis más poderosos te ayudará a mejorar a un ritmo mucho mayor que si lo hicieras contra tus iguales —enunció, levantando el dedo índice, con una contundencia categórica—. Pero por eso mismo, debes ser consciente en todo momento de que tu objetivo no es ganar, sino aprender lo máximo posible. Y, al mismo tiempo, tienes que conservar en tu mente el ansia por derrotar a tu adversario... ¡Así es!
Sin embargo, cuando Riko mencionó que Datsue y él habían tenido un combate de práctica y que el Hermano del Desierto había valorado su potencial durante el mismo, un brillo de orgullo se pudo ver en los ojos de Akame. Aun reticente, el Uchiha acabó por explicarse.
—¿Un combate de entrenamiento contra Datsue, eh? —murmuró—. Y dime, Riko-san, ¿estarías dispuesto a que el Hermano del Desierto restante evaluara ese potencial?
El guante estaba lanzado. Akame llevaba demasiado tiempo sin entrenar con nadie que no fuese su compañera predilecta, y tampoco había "catado" a ninguno de los jóvenes genin de la nueva hornada. «Además, todo eso de la "nueva Generación de Oro" está muy de moda en la Aldea estos días. Hora de comprobar si es verdad...»