4/10/2015, 00:20
(Última modificación: 4/10/2015, 00:20 por Aotsuki Ayame.)
Pero su oponente consiguió moverse, pese a la estupefacción que reflejaba su rostro. El kunai de Ayame trazó una línea de sangre sobre el brazo de Daruu, que había rodado sobre su hombro para bajarse del tocón y terminar de nuevo en el suelo. En el proceso, su mano se había sobre la madera y, ante los estupefactos ojos de Ayame, aquella pareció reaccionar ante su toque, elongándose y formando una forma alargada y afilada que no tardó en reconocer.
Daruu acababa de crear un kunai a partir de la madera de aquel poyete.
Y aún así, el estupor de Ayame pasó enseguida a una sonrisa orgullosa ante la pregunta de Daruu.
—Yo... podría preguntarte lo mismo —dijo, sin embargo. Tras haber guardado el kunai de nuevo bajo su manga, señalaba ahora el que empuñaba su contrincante. Y es que el arma había mutado en cuestión de segundos: de las vetas típicas de la madera había pasado al brillo característico del metal.
«¿Va a atacarme con un arma de madera?» Se preguntaba, torciendo el gesto. La madera podía hacer daño, podía golpear, pero jamás sería capaz de cortar como un arma de filo de metal. ¿Pero acaso era madera de verdad? ¿No se acababa de transformar en metal ante sus ojos?
Ya ni siquiera podía estar segura acerca de su naturaleza. Pero no iba a quedarse de brazos cruzados para averiguarlo.
Con gesto pensativo, introdujo la mano en el portaobjetos que llevaba anudado en torno a la pierna derecha. Enseguida encontró lo que estaba buscando. Cuando sacó la mano llevaba entre sus dedos una canica de pequeño tamaño que lanzó contra el suelo. Un pequeño estallido resonó en el momento del impacto, y de la canica brotó una nube de humo negro como el tizón que cubrió la terraza en una superficie de tres metros a la redonda de la posición de Daruu.
Para cuando la humareda se disipó, al cabo de unos segundos, Daruu podría comprobar que no estaban solos. De hecho, él sí estaba solo. Solo con una multitud de Ayames. Todas ellas vestidas de negro. Todas ellas con los ojos tapados por una venda del mismo color. Todas ellas con kunais entre sus manos. Los movimientos de las réplicas eran lentos, casi tortuosos, como si les costara la vida moverse apenas un paso.
Estaba rodeado por todas ellas. Y Ayame ya no se encontraba sobre el tocón.
• PV: 100
• CK: 83 (-25 CK) [+100 Gobi]
Objetos: Bomba de humo, Hilo shinobi (3 usos), Kunai, Shuriken x5
Suika no Jutsu: Activado
1 AO
Daño recibido
Daño causado
Daruu acababa de crear un kunai a partir de la madera de aquel poyete.
Y aún así, el estupor de Ayame pasó enseguida a una sonrisa orgullosa ante la pregunta de Daruu.
—Yo... podría preguntarte lo mismo —dijo, sin embargo. Tras haber guardado el kunai de nuevo bajo su manga, señalaba ahora el que empuñaba su contrincante. Y es que el arma había mutado en cuestión de segundos: de las vetas típicas de la madera había pasado al brillo característico del metal.
«¿Va a atacarme con un arma de madera?» Se preguntaba, torciendo el gesto. La madera podía hacer daño, podía golpear, pero jamás sería capaz de cortar como un arma de filo de metal. ¿Pero acaso era madera de verdad? ¿No se acababa de transformar en metal ante sus ojos?
Ya ni siquiera podía estar segura acerca de su naturaleza. Pero no iba a quedarse de brazos cruzados para averiguarlo.
Con gesto pensativo, introdujo la mano en el portaobjetos que llevaba anudado en torno a la pierna derecha. Enseguida encontró lo que estaba buscando. Cuando sacó la mano llevaba entre sus dedos una canica de pequeño tamaño que lanzó contra el suelo. Un pequeño estallido resonó en el momento del impacto, y de la canica brotó una nube de humo negro como el tizón que cubrió la terraza en una superficie de tres metros a la redonda de la posición de Daruu.
Para cuando la humareda se disipó, al cabo de unos segundos, Daruu podría comprobar que no estaban solos. De hecho, él sí estaba solo. Solo con una multitud de Ayames. Todas ellas vestidas de negro. Todas ellas con los ojos tapados por una venda del mismo color. Todas ellas con kunais entre sus manos. Los movimientos de las réplicas eran lentos, casi tortuosos, como si les costara la vida moverse apenas un paso.
Estaba rodeado por todas ellas. Y Ayame ya no se encontraba sobre el tocón.
Estado de Ayame
• PV: 100
• CK: 83 (-25 CK) [+100 Gobi]
Objetos: Bomba de humo, Hilo shinobi (3 usos), Kunai, Shuriken x5
Suika no Jutsu: Activado
1 AO
Daño recibido