15/11/2018, 02:37
(Última modificación: 18/11/2018, 01:04 por Uchiha Datsue. Editado 1 vez en total.)
Shaneji le escuchó con intriga. Con el ceño fruncido, y con los ojos clavados en el dedo que seguía apuntándole. A veces, sus pupilas perdían enfoque, como si su mente le llevase tan lejos de allí que perdiese la noción de la realidad. Pensaba. Pensaba mucho.
—Sí que es mi problema. ¡¡¡Sí que lo es!!! —gritó en un estallido de rabia. Tan rápido como se crispó volvió a sonreír—. Mutsuku es un buen amigo mío, y no quiero que contrate al ninja equivocado. Sería horrible para los negocios.
Se pasó la lengua por los labios e inclinó ligeramente la cabeza hacia un lado. Empezó a caminar hacia adelante, haciendo caso omiso de las preguntas de su hermano de clan.
—Así que eres un ninja renegado en busca de trabajo… —Un pasó más. Y otro paso. Lo que estaba haciendo, directo hacia la técnica mortal con la que le apuntaba Kaido, a pecho descubierto, era un auténtico suicidio. A no ser, claro está, que te apellidases Hōzuki, y que por tanto tuvieses la mejor defensa ninja que había parido Oonindo—. Yo puedo ofrecerte uno, muy bien remunerado. —Ahora quedó a tan solo un palmo del dedo de Kaido—. Pruébalo. Prueba que renegaste de tu Villa y me pensaré ofrecértelo.
—Sí que es mi problema. ¡¡¡Sí que lo es!!! —gritó en un estallido de rabia. Tan rápido como se crispó volvió a sonreír—. Mutsuku es un buen amigo mío, y no quiero que contrate al ninja equivocado. Sería horrible para los negocios.
Se pasó la lengua por los labios e inclinó ligeramente la cabeza hacia un lado. Empezó a caminar hacia adelante, haciendo caso omiso de las preguntas de su hermano de clan.
—Así que eres un ninja renegado en busca de trabajo… —Un pasó más. Y otro paso. Lo que estaba haciendo, directo hacia la técnica mortal con la que le apuntaba Kaido, a pecho descubierto, era un auténtico suicidio. A no ser, claro está, que te apellidases Hōzuki, y que por tanto tuvieses la mejor defensa ninja que había parido Oonindo—. Yo puedo ofrecerte uno, muy bien remunerado. —Ahora quedó a tan solo un palmo del dedo de Kaido—. Pruébalo. Prueba que renegaste de tu Villa y me pensaré ofrecértelo.