18/11/2018, 21:38
—Te conozco, Kaido, porque mataste a un conocido mío —ahí estaba de nuevo esa franqueza. Directa como el filo de una katana atravesando el corazón de la mentira del embustero—. Y con ello has demostrado ser alguien de valor. Alguien a quien tener en cuenta, entre nosotros, entre mi grupo. Dime una cosa, Kaido, ¿qué es lo que buscas en esta vida? ¿Dinero? ¿Mujeres? ¿Poder?
Kaido alzó una ceja. Sí, su rostro se vistió de galante curiosidad. Sus ojos se entrecerraban y su temple parecía encontrarse en ese proceso introspectivo que transita todo aquel que cae en cuenta de algo, sin saber de todo en qué. Por supuesto que Kaido el Amejin conocía a dónde apuntalaban esos pequeños detalles, pero Kaido el Renegado no. Al menos no de entrada.
Hasta el más idiota podía sacar las cuentas. Era un simple dos más dos. ¿A cuántas personas había matado Kaido en su vida? cuatro, a lo sumo. ¿Y cuál de todos ellos, a excepción de Keisuke, podrían llegar a ser conocido de un Hozuki contrabandista?
Pues otro contrabandista, ¿no?
Katame.
Kaido mantuvo la marcha, con la vista puesta en un horizonte lejano.
—Busco sobrevivir, como lo hacemos todos —respondió, certero—. el cómo, no es mi problema. Caerá quien tenga que caer a costa de eso, como asumo sucedió con tu conocido. Y amasaré el poder que tenga que amasar mientras alcanzo mi objetivo. Es bastante simple.
Finalmente, se detuvo en seco. Había reparado en algo.
—¿Qué es lo que propones, pues? —preguntó, franco y sin rodeos. Como le gustaba.
Kaido alzó una ceja. Sí, su rostro se vistió de galante curiosidad. Sus ojos se entrecerraban y su temple parecía encontrarse en ese proceso introspectivo que transita todo aquel que cae en cuenta de algo, sin saber de todo en qué. Por supuesto que Kaido el Amejin conocía a dónde apuntalaban esos pequeños detalles, pero Kaido el Renegado no. Al menos no de entrada.
Hasta el más idiota podía sacar las cuentas. Era un simple dos más dos. ¿A cuántas personas había matado Kaido en su vida? cuatro, a lo sumo. ¿Y cuál de todos ellos, a excepción de Keisuke, podrían llegar a ser conocido de un Hozuki contrabandista?
Pues otro contrabandista, ¿no?
Katame.
Kaido mantuvo la marcha, con la vista puesta en un horizonte lejano.
—Busco sobrevivir, como lo hacemos todos —respondió, certero—. el cómo, no es mi problema. Caerá quien tenga que caer a costa de eso, como asumo sucedió con tu conocido. Y amasaré el poder que tenga que amasar mientras alcanzo mi objetivo. Es bastante simple.
Finalmente, se detuvo en seco. Había reparado en algo.
—¿Qué es lo que propones, pues? —preguntó, franco y sin rodeos. Como le gustaba.