18/11/2018, 23:45
«Bingo, joder. ¡Bingo!»
Los ojos de Umik... no, de Hozuki Kaido cabalgaron solemne la furia contenida de su hermano de clan que con cada palabra despotricaba orgullo hacia el renombre de un clan solemne, aunque perdido en los confines de las épocas menos agraciadas como las de ahora.
—Pues soy bueno cortando las malas hierbas, socio. De raíz. Aunque necesitamos más que dos lobos solitarios para erradicar esa podedumbre. Hace falta una manada. Dime, Shaneji, ¿eso ibas a ofrecerme? ¿Una jodida manada?
Los ojos de Umik... no, de Hozuki Kaido cabalgaron solemne la furia contenida de su hermano de clan que con cada palabra despotricaba orgullo hacia el renombre de un clan solemne, aunque perdido en los confines de las épocas menos agraciadas como las de ahora.
—Pues soy bueno cortando las malas hierbas, socio. De raíz. Aunque necesitamos más que dos lobos solitarios para erradicar esa podedumbre. Hace falta una manada. Dime, Shaneji, ¿eso ibas a ofrecerme? ¿Una jodida manada?