(B) La tumba de Umikiba Kaido

[Uchiha Datsue]

—¿Katame te habló de nosotros? —¿O lo sabía por otros medios?

Por primera vez, Shaneji contempló la posibilidad de que Kaido no tan solo fuese todavía un ninja de Amegakure, sino que en vez de tener como objetivo a Mutsuku, fuese él mismo. A su organización. Pero, ¿cómo le había encontrado? Había tenido mucho cuidado de cubrir sus huellas. Casi nadie le había visto alojarse allí. Si lo era, ¿había sido simple casualidad?

Frunció el ceño. Como se había mencionado, Shaneji no era bueno para las deducciones. Ni le gustaba pensar demasiado. Eso era trabajo de otros.

—La Marca del Dragón —optó por continuar. Ya habría tiempo para descubrirlo… Mucho tiempo. Se llevó una mano al cabello y lo levantó para mostrar su nuca. Allí, el conocido tatuaje de un dragón rojo se dibujaba en su piel—. Para obtenerla, necesitas haber matado antes a un dragón. ¿Ves? Nosotros no castigamos por ser fuerte. Lo premiamos. Pues solo un dragón puede matar a otro. Incluso si a ese dragón su Villa le ha arrancado las muelas, amputado las garras o apagado su fuego, sigue siendo un dragón. Y a nuestro lado, aprende a recuperar su verdadera naturaleza. A volver a ser, en plenitud, lo que está destinado a ser por su sangre.