19/11/2018, 01:35
(Última modificación: 19/11/2018, 01:35 por Umikiba Kaido.)
Y ahí estaba. El tatuaje. La marca que le identificaba como un cabeza de Dragón.
—Joder —espetó por lo bajo. No se lo podía creer, no se podía creer que aquella voz, cual pitonisa, tuviera razón con su petición. Con su consejo. Ese de tomar el lugar de su difunto hijo—. Katame no, sí una de sus empleadas. Me habló de la banda a la que pertenecía, sus objetivos en Taikarune y poco más. Entonces creí que erais un grupete de poca monta, pero visto lo visto...
Un paso, dos. Más cerca de aquel tatuaje. Los ojos iluminados por una oportunidad que una vez creyó prohibida, y que ahora se la servían en bandeja de plata. ¿Muy bueno para ser cierto, quizás?
—Ahora lo recuerdo. Ahora lo entiendo —alzó la vista, enaltecida, y sus ojos aguamarina se mezclaron con los de Shaneji—. con que de eso se trataba. La voz. No era una amenaza, era una jodida invitación.
El gyojin sonrió, casi convencido.
—¿Puedo convertirme en un Dragón Rojo?
—Joder —espetó por lo bajo. No se lo podía creer, no se podía creer que aquella voz, cual pitonisa, tuviera razón con su petición. Con su consejo. Ese de tomar el lugar de su difunto hijo—. Katame no, sí una de sus empleadas. Me habló de la banda a la que pertenecía, sus objetivos en Taikarune y poco más. Entonces creí que erais un grupete de poca monta, pero visto lo visto...
Un paso, dos. Más cerca de aquel tatuaje. Los ojos iluminados por una oportunidad que una vez creyó prohibida, y que ahora se la servían en bandeja de plata. ¿Muy bueno para ser cierto, quizás?
—Ahora lo recuerdo. Ahora lo entiendo —alzó la vista, enaltecida, y sus ojos aguamarina se mezclaron con los de Shaneji—. con que de eso se trataba. La voz. No era una amenaza, era una jodida invitación.
El gyojin sonrió, casi convencido.
—¿Puedo convertirme en un Dragón Rojo?