19/11/2018, 16:35
¡FLUP! ¡PLOP! ¡CLONK! ¡PLOF!
El primero aterrizó en el colchón. El segundo, que es el que había traído consigo a los otros tres, rebotó contra el borde y cayó al suelo de culo, profiriendo un alarido. El tercero chocó contra el armario y se precipitó al suelo de espaldas. No dijo nada, pero por dentro, se arrepintió de haberle hecho usar esa técnica a su alumno. El cuarto fue el más ruidoso de todos. No por el cabezado que le dio a su hijo al caer, dejándolo prácticamente KO. No. Sino por los insultos, improperios y maldiciones que las paredes de la cabaña de vacaciones de los Amedama tuvo que soportar.
—Lo siento, no controlo bien la técnica con tanta gente... —dijo un Daruu tremendamente mareado, acariciándose las nalgas mientras se ponía de pie.
—A la próxima, recuérdame que deje yo una de mis marcas. ¡Kori-kun! ¿Estás bien? ¡Zetsuo, le has dado un cabezazo, animal!
Por cómica que pudiere parecer la escena, la razón por la que estaban allí no era nada alegre. Ayame había desaparecido. Un poco más, y se le consideraría una exiliada, o peor, cundiría el pánico y Yui empezaría a buscar culpables en las otras dos aldeas. Tal vez los había. Tal vez hubiera sido uno de esos Uchiha. Pero...
«Pero hasta que no lo confirmemos, no podemos descartar que haya sido algún Kajitsu que nos dejamos con vida.»
Esa había sido una de las suposiciones. Pese a que Kori opinaba que era imposible, Zetsuo y Daruu estaban convencidos de que podría pasar. Kiroe sospechaba que Ayame podría haber viajado a Uzushiogakure para hablar con Hanabi por lo sucedido durante el examen. «Menuda gilipollez. Ayame jamás haría eso, no después de lo que pasó».
Lo que estaba claro es que antes de que la Arashikage hiciera algo o les prohibiese salir en su búsqueda por considerar que estaban demasiados relacionados a título personal con Ayame, tenían que averiguar algo. Cada segundo era vital.
Por eso estaban allí. La última noticia que tenían de Ayame es que se dirigía a Tanzaku Gai...
El primero aterrizó en el colchón. El segundo, que es el que había traído consigo a los otros tres, rebotó contra el borde y cayó al suelo de culo, profiriendo un alarido. El tercero chocó contra el armario y se precipitó al suelo de espaldas. No dijo nada, pero por dentro, se arrepintió de haberle hecho usar esa técnica a su alumno. El cuarto fue el más ruidoso de todos. No por el cabezado que le dio a su hijo al caer, dejándolo prácticamente KO. No. Sino por los insultos, improperios y maldiciones que las paredes de la cabaña de vacaciones de los Amedama tuvo que soportar.
—Lo siento, no controlo bien la técnica con tanta gente... —dijo un Daruu tremendamente mareado, acariciándose las nalgas mientras se ponía de pie.
—A la próxima, recuérdame que deje yo una de mis marcas. ¡Kori-kun! ¿Estás bien? ¡Zetsuo, le has dado un cabezazo, animal!
Por cómica que pudiere parecer la escena, la razón por la que estaban allí no era nada alegre. Ayame había desaparecido. Un poco más, y se le consideraría una exiliada, o peor, cundiría el pánico y Yui empezaría a buscar culpables en las otras dos aldeas. Tal vez los había. Tal vez hubiera sido uno de esos Uchiha. Pero...
«Pero hasta que no lo confirmemos, no podemos descartar que haya sido algún Kajitsu que nos dejamos con vida.»
Esa había sido una de las suposiciones. Pese a que Kori opinaba que era imposible, Zetsuo y Daruu estaban convencidos de que podría pasar. Kiroe sospechaba que Ayame podría haber viajado a Uzushiogakure para hablar con Hanabi por lo sucedido durante el examen. «Menuda gilipollez. Ayame jamás haría eso, no después de lo que pasó».
Lo que estaba claro es que antes de que la Arashikage hiciera algo o les prohibiese salir en su búsqueda por considerar que estaban demasiados relacionados a título personal con Ayame, tenían que averiguar algo. Cada segundo era vital.
Por eso estaban allí. La última noticia que tenían de Ayame es que se dirigía a Tanzaku Gai...
![[Imagen: K02XwLh.png]](https://i.imgur.com/K02XwLh.png)