21/11/2018, 19:00
(Última modificación: 21/11/2018, 19:03 por Amedama Daruu. Editado 1 vez en total.)
Zetsuo y Kori-sensei pasaron por delante con facilidad, y el primero ordenó al grupo que adoptaran una formación en V para aprovechar el viento. «Se nota que tienes experiencia invocando pájaros, cabronazo», pensó Daruu, formando una media sonrisa con los labios, y obedeció diligentemente.
El grupo planeó durante un buen rato, rodeando la elevada cordillera del Valle de los Dojos y atravesando otro río que provenía del Valle del Fin. Fue justo en el cruce cuando Daruu entornó los ojos al divisar una figura emborronada, blanca, enganchada en la rama de un árbol a la vera del cauce.
—¡Esperad! —alarmó Daruu, y viró el rumbo bruscamente, acercándose al objeto un poco. Se llevó la mano al portaobjetos y sustrajo su visor de aumento, que reguló con cuidado para enfocar...
»¡¡No puede ser!! —exclamó—. ¡Es la túnica... la túnica de Ayame! —Habría reconocido aquella capa de viaje hasta borracho, a pesar de su deplorable estado. La tela estaba rasgada, y la mitad de la túnica estaba quemada.
Se lanzó en picado hacia la prenda.
—¡Daruu-kun! ¡Espera! —Kiroe descendió tras él.
El grupo planeó durante un buen rato, rodeando la elevada cordillera del Valle de los Dojos y atravesando otro río que provenía del Valle del Fin. Fue justo en el cruce cuando Daruu entornó los ojos al divisar una figura emborronada, blanca, enganchada en la rama de un árbol a la vera del cauce.
—¡Esperad! —alarmó Daruu, y viró el rumbo bruscamente, acercándose al objeto un poco. Se llevó la mano al portaobjetos y sustrajo su visor de aumento, que reguló con cuidado para enfocar...
»¡¡No puede ser!! —exclamó—. ¡Es la túnica... la túnica de Ayame! —Habría reconocido aquella capa de viaje hasta borracho, a pesar de su deplorable estado. La tela estaba rasgada, y la mitad de la túnica estaba quemada.
Se lanzó en picado hacia la prenda.
—¡Daruu-kun! ¡Espera! —Kiroe descendió tras él.