23/11/2018, 01:57
—Yo... Me perdí —añadió con pesimismo; Oda estaba harto de regañarle por ello, ya no solo se perdía en ocasiones en la propia ciudad, sino que también le ocurría en el mismo barrio. —Un amable hombre que tiraba de un carro con su mula nos recogió; nos advirtió de que deberíamos esperar por aquí hasta que la niebla se disipara.
Y con la primera respuesta iniciaba la antiquísima ceremonia del intercambio de información. Parecía que todos los tenderos de todos los bares se dedicaban a recolectar y compartir información, puesto que jamás revelaban nada a menos que se les diese algo a cambio, generalmente, algún conocimiento al cual sacar provecho.
—Sí, la niebla es peligrosa —reconoció, rememorando tiempos pasados mientras limpiaba un vaso—, esta temporada suele cobrarse la vida de unos cuantos foráneos todos los años.
Continúo puliendo el vaso de vidrio, pese a que ya estaba completamente limpio. Puede que fuese el hecho de que le ayudaba a verse despreocupado y distraído, como alguien que no tendría problemas en escuchar lo que hubiera que decírsele.
—Yo estaba tratando de llegar a Hanamura, pero lo mismo: el clima me hizo desviarme.
—Ey, Ey, ¿Qué me cuentas? Casi nadie conoce ese tétrico pueblo, y quienes lo hacen evitan pasar por allí a como dé lugar.
—Tengo asuntos pendientes allí —dijo, encontrándose con la mirada extrañada de aquel hombre, que había cesado en su labor—. Además, las supersticiones locales no son algo por lo que un ninja deba de preocuparse.
Kazuma levanto su cabello, revelando la bandana que lo acreditaba como shinobi. El tendero le hizo un gesto con la mano para que guardara silencio, y arrojo una mirada recelosa alrededor de la taberna, buscando alguna reacción.
—Miren, señor ninja y compañía, en este pueblo no nos gustan los problemas, que ya tenemos bastantes. —Lucia preocupado, como si algo le fuese a fastidiar el día—. Siendo ustedes, me evitaría malos ratos y me marcharía tan pronto como fuese posible.
»Se los pido, evítennos más problemas de lo necesario, retírense y hare como que no les he visto.
Y con la primera respuesta iniciaba la antiquísima ceremonia del intercambio de información. Parecía que todos los tenderos de todos los bares se dedicaban a recolectar y compartir información, puesto que jamás revelaban nada a menos que se les diese algo a cambio, generalmente, algún conocimiento al cual sacar provecho.
—Sí, la niebla es peligrosa —reconoció, rememorando tiempos pasados mientras limpiaba un vaso—, esta temporada suele cobrarse la vida de unos cuantos foráneos todos los años.
Continúo puliendo el vaso de vidrio, pese a que ya estaba completamente limpio. Puede que fuese el hecho de que le ayudaba a verse despreocupado y distraído, como alguien que no tendría problemas en escuchar lo que hubiera que decírsele.
—Yo estaba tratando de llegar a Hanamura, pero lo mismo: el clima me hizo desviarme.
—Ey, Ey, ¿Qué me cuentas? Casi nadie conoce ese tétrico pueblo, y quienes lo hacen evitan pasar por allí a como dé lugar.
—Tengo asuntos pendientes allí —dijo, encontrándose con la mirada extrañada de aquel hombre, que había cesado en su labor—. Además, las supersticiones locales no son algo por lo que un ninja deba de preocuparse.
Kazuma levanto su cabello, revelando la bandana que lo acreditaba como shinobi. El tendero le hizo un gesto con la mano para que guardara silencio, y arrojo una mirada recelosa alrededor de la taberna, buscando alguna reacción.
—Miren, señor ninja y compañía, en este pueblo no nos gustan los problemas, que ya tenemos bastantes. —Lucia preocupado, como si algo le fuese a fastidiar el día—. Siendo ustedes, me evitaría malos ratos y me marcharía tan pronto como fuese posible.
»Se los pido, evítennos más problemas de lo necesario, retírense y hare como que no les he visto.
![[Imagen: aab687219fe81b12d60db220de0dd17c.gif]](https://i.pinimg.com/originals/aa/b6/87/aab687219fe81b12d60db220de0dd17c.gif)