25/11/2018, 14:33
—Son 50 ryos por cabeza —respondió el encargado, para acto después señalar un cartel que estaba justo detrás de él—, y me tienen que decir qué quieren.
Sopa de pato, pato al horno, bocadillo de pechuga de pato con salsa de naranja, ensalada con carne de pato... Todos los platos estaban hechos a base de pato, y Zetsuo torció ligeramente el gesto al intentar imaginar lo que podría ser el postre. Desde luego, se tomaban el nombre del local en serio. ¿Tendrían una granja de patos cerca? Quizás los criaban los mismos encargados de la posada.
Daruu pidió un bocadillo, Kiroe una sopa, Kōri la ensalada (era lo menos caliente que había encontrado en el menú) y Zetsuo se conformó con el pato al horno. El médico dejó doscientos ryō sobre la barra y después se dirigió con el resto del grupo a una de las pocas mesas libres que encontró. Tanto Kōri como él dejaron las mochilas detrás de las sillas y tomaron asiento en sillas contiguas.
—Mañana a primera hora de la mañana salimos —advirtió Zetsuo en voz baja—. No quiero distracciones de ningún tipo, y cuanto antes salgamos de aquí mejor.
Quedaba claro que con "aquí" se estaba refiriendo, precisamente al País de los Remolinos.
Sopa de pato, pato al horno, bocadillo de pechuga de pato con salsa de naranja, ensalada con carne de pato... Todos los platos estaban hechos a base de pato, y Zetsuo torció ligeramente el gesto al intentar imaginar lo que podría ser el postre. Desde luego, se tomaban el nombre del local en serio. ¿Tendrían una granja de patos cerca? Quizás los criaban los mismos encargados de la posada.
Daruu pidió un bocadillo, Kiroe una sopa, Kōri la ensalada (era lo menos caliente que había encontrado en el menú) y Zetsuo se conformó con el pato al horno. El médico dejó doscientos ryō sobre la barra y después se dirigió con el resto del grupo a una de las pocas mesas libres que encontró. Tanto Kōri como él dejaron las mochilas detrás de las sillas y tomaron asiento en sillas contiguas.
—Mañana a primera hora de la mañana salimos —advirtió Zetsuo en voz baja—. No quiero distracciones de ningún tipo, y cuanto antes salgamos de aquí mejor.
Quedaba claro que con "aquí" se estaba refiriendo, precisamente al País de los Remolinos.