25/11/2018, 19:03
Riko decidió entonces tomar el camino largo. El que él creía era el más seguro. Que iba a mantener mejor su status de incógnito. Y en principio, así lo fue.
El uzujin rodeó la propiedad por el lateral derecho, dejando atrás una larga fila de árboles que escondían muy bien los enrejados de metal que servían de divisionario para con la propiedad contigua, en su izquierda más inmediata. Sin embargo, para poder acceder hasta la parte posterior de la propiedad, Riko tendría que sortear una serie de caminos pedruscos y poco uniformes que hacían la de barranco y que caían en picada hasta lo que parecía ser el pequeño acantilado que daba acceso hacia esa área particular de la costa, que privada, servía como bañadero personal de aquellos que pudiesen costear tener una casa con acceso al mar.
Si lograba dejar atrás aquellas dificultades, vería finalmente un mirador. Pudo imaginar qué bien se debía ver un atardecer desde ese lugar privilegiado. Había un telescopio común, un par de asientos de cuero y en el medio, una mesa, con una taza de té humeante.
El uzujin rodeó la propiedad por el lateral derecho, dejando atrás una larga fila de árboles que escondían muy bien los enrejados de metal que servían de divisionario para con la propiedad contigua, en su izquierda más inmediata. Sin embargo, para poder acceder hasta la parte posterior de la propiedad, Riko tendría que sortear una serie de caminos pedruscos y poco uniformes que hacían la de barranco y que caían en picada hasta lo que parecía ser el pequeño acantilado que daba acceso hacia esa área particular de la costa, que privada, servía como bañadero personal de aquellos que pudiesen costear tener una casa con acceso al mar.
Si lograba dejar atrás aquellas dificultades, vería finalmente un mirador. Pudo imaginar qué bien se debía ver un atardecer desde ese lugar privilegiado. Había un telescopio común, un par de asientos de cuero y en el medio, una mesa, con una taza de té humeante.