5/10/2015, 10:57
(Última modificación: 5/10/2015, 11:31 por Aotsuki Ayame.)
Los clones dieron un paso al frente, kunai en ristre, ante un estupefacto Daruu. Parecían dispuestos a abalanzarse sobre él en cualquier momento; y, pese a la languidez de sus movimientos, sin duda una diferencia numérica tan abrumadora podría poner en un serio aprieto incluso a alguien como él. Quizás aquel mismo pensamiento cruzó por su mente, porque se llevó la mano a su propio portaobjetos y extrajo una pequeña canica, muy similar a la que había empleado Ayame hacía unos segundos.
Pero aquella no era una bomba de humo. Un blanco hiriente invadió el ambiente en cuanto la pequeña esfera hizo contacto con el suelo. La luz acuchilló sin piedad el sentido de la visión de Ayame, acostumbrada al ambiente siempre nublado de Amegakure, y al perder la concentración la marea de clones se disipó en el aire como si jamás hubieran existido.
«¡¿Pero qué demonios?!»
Para cuando Ayame recuperó el sentido de la visión, no pudo explicarse lo que estaba pasando. Daruu había alargado su brazo de una manera completamente antinatural y ahora barría una tercera parte de la superficie que habían ocupado los clones. Era como si en lugar de carne y músculos, lo que tuviera bajo la piel fuera goma elástica. Sin embargo, su extremidad estaba recubierta de una especie de cáscara que se asemejaba a la corteza de un árbol.
Sin duda, estaba buscándola. Pero no la encontraría. Y ella ya no podía permitirse el lujo de que la sorpresa diera al traste con su estrategia. Su técnica de la hidratación era una auténtica bendición en un ambiente siempre encharcado como era Amegakure, pues le otorgaba el camuflaje perfecto, pero ya había perdido demasiado tiempo.
Un charco en el suelo vibró violentamente justo después de que el brazo de Daruu pasara cerca de su posición. Ayame volvió a retomar su forma corpórea de manera casi instantánea y lanzó su brazo hacia delante en un tiro preciso. El shuriken silbó peligrosamente en el aire, directo a acertar en el torso de su oponente. Ayame se había asegurado de lanzar el proyectil lejos del brazo de madera para evitar que pudiera utilizarlo como una especie de escudo. Ahora, dada la inercia del movimiento, retraerlo para cambiar la dirección sería un movimiento demasiado brusco para que pudiera darle tiempo.
—¿Qué te ha parecido eso, Daruu-san? —exclamó.
• PV: 100
• CK: 83 [+100 Gobi]
Objetos: Bomba de humo, Hilo shinobi (3 usos), Kunai, Shuriken x5
Suika no Jutsu: Activado
1 AO
1 AO revelada: Conversión en charco para camuflarse entre los clones.
Daño recibido
Daño causado
Pero aquella no era una bomba de humo. Un blanco hiriente invadió el ambiente en cuanto la pequeña esfera hizo contacto con el suelo. La luz acuchilló sin piedad el sentido de la visión de Ayame, acostumbrada al ambiente siempre nublado de Amegakure, y al perder la concentración la marea de clones se disipó en el aire como si jamás hubieran existido.
«¡¿Pero qué demonios?!»
Para cuando Ayame recuperó el sentido de la visión, no pudo explicarse lo que estaba pasando. Daruu había alargado su brazo de una manera completamente antinatural y ahora barría una tercera parte de la superficie que habían ocupado los clones. Era como si en lugar de carne y músculos, lo que tuviera bajo la piel fuera goma elástica. Sin embargo, su extremidad estaba recubierta de una especie de cáscara que se asemejaba a la corteza de un árbol.
Sin duda, estaba buscándola. Pero no la encontraría. Y ella ya no podía permitirse el lujo de que la sorpresa diera al traste con su estrategia. Su técnica de la hidratación era una auténtica bendición en un ambiente siempre encharcado como era Amegakure, pues le otorgaba el camuflaje perfecto, pero ya había perdido demasiado tiempo.
Un charco en el suelo vibró violentamente justo después de que el brazo de Daruu pasara cerca de su posición. Ayame volvió a retomar su forma corpórea de manera casi instantánea y lanzó su brazo hacia delante en un tiro preciso. El shuriken silbó peligrosamente en el aire, directo a acertar en el torso de su oponente. Ayame se había asegurado de lanzar el proyectil lejos del brazo de madera para evitar que pudiera utilizarlo como una especie de escudo. Ahora, dada la inercia del movimiento, retraerlo para cambiar la dirección sería un movimiento demasiado brusco para que pudiera darle tiempo.
—¿Qué te ha parecido eso, Daruu-san? —exclamó.
Estado de Ayame
• PV: 100
• CK: 83 [+100 Gobi]
Objetos: Bomba de humo, Hilo shinobi (3 usos), Kunai, Shuriken x5
Suika no Jutsu: Activado
1 AO
1 AO revelada: Conversión en charco para camuflarse entre los clones.
Daño recibido