1/12/2018, 04:00
Y nada más su piel rozar la de ella, se produjo uno de esos momentos mágicos. Fue como narraban en los libros románticos. Un escalofrío corrió por sus dedos, su mano, su brazo, hasta llegar al corazón. Se sintió desbordado, incapaz de contener una emoción tan grande y profunda. Aquello no era un simple flechazo, sino algo mucho más agudo y real. Se sintió…
… jodidamente dolorido. No, dolorido no era la palabra adecuada. Era una sensación más cercana a cuando te atraviesan con mil espadas por cada poro de tu piel, pero con el suficiente cuidado como para no atravesar ningún órgano vital. Y, justo después de ello, te echan sal en las heridas abiertas.
Sí, aquella era una descripción que se ajustaba mucho más a lo que sintió.
Kaido no pudo evitar rugir de dolor, y con ello, la inocente niña chilló asustada. Luego se llevó una mano a la boca, miró a Shaneji, miró a Kaido, y soltó una risita avergonzada. Se había sonrojado y todo.
—¡Tú amigo es muy gracioso! —dijo con los ojos iluminados una sonrisa angelical.
—Tienes que gastarle la misma a broma a todos, ¿huh? —Shaneji fruncía el ceño, incómodo. Nunca sabía cómo comportarse con ella. A veces le resultaba graciosa. En otras ocasiones, simplemente repelente e infantil. O majara perdida. Y, en definitiva, no se fiaba. Porque nunca sabías por dónde te saldría—. Te presento a Muñeca, Kaido. Una Cabeza de Dragón.
… jodidamente dolorido. No, dolorido no era la palabra adecuada. Era una sensación más cercana a cuando te atraviesan con mil espadas por cada poro de tu piel, pero con el suficiente cuidado como para no atravesar ningún órgano vital. Y, justo después de ello, te echan sal en las heridas abiertas.
Sí, aquella era una descripción que se ajustaba mucho más a lo que sintió.
Kaido no pudo evitar rugir de dolor, y con ello, la inocente niña chilló asustada. Luego se llevó una mano a la boca, miró a Shaneji, miró a Kaido, y soltó una risita avergonzada. Se había sonrojado y todo.
—¡Tú amigo es muy gracioso! —dijo con los ojos iluminados una sonrisa angelical.
—Tienes que gastarle la misma a broma a todos, ¿huh? —Shaneji fruncía el ceño, incómodo. Nunca sabía cómo comportarse con ella. A veces le resultaba graciosa. En otras ocasiones, simplemente repelente e infantil. O majara perdida. Y, en definitiva, no se fiaba. Porque nunca sabías por dónde te saldría—. Te presento a Muñeca, Kaido. Una Cabeza de Dragón.
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado