2/12/2018, 00:25
(Última modificación: 2/12/2018, 00:25 por Amedama Daruu.)
A medida que la dueña de la posada hablaba y hablaba, nuestro shinobi favorito del pelo pincho se encogía más y más, como si estuviera intentando hacerse pasar por un crío en un parque de atracciones. La mirada polarizada contrariamente a cualquier parte del traje de vaca, Daruu mantenía una mueca desagradable, que contrastaba enormemente con la animosidad de su madre.
—Pastel de carne... y agua por favor...
—Yo quiero entrecot. Y agua también. —canturreó Kiroe.
Esta vez fue también Daruu el primero en partir a buscar mesa. Por un motivo distinto al de la otra vez. Sin embargo algo le decía que Zetsuo le acompañaría muy de cerca, y bien lejos de aquellos perturbados vestidos de ganadería bovina.
—Pastel de carne... y agua por favor...
—Yo quiero entrecot. Y agua también. —canturreó Kiroe.
Esta vez fue también Daruu el primero en partir a buscar mesa. Por un motivo distinto al de la otra vez. Sin embargo algo le decía que Zetsuo le acompañaría muy de cerca, y bien lejos de aquellos perturbados vestidos de ganadería bovina.