2/12/2018, 04:04
(Última modificación: 2/12/2018, 04:04 por Uchiha Datsue.)
La mujer se dio por satisfecha con su respuesta.
—Pues ya sabéis cómo va esto —dijo, mirando a todos y a ninguno en concreto—. Necesito usar el chakra de uno de vosotros.
—Yo ya dejé que me chupases como una garrapata las dos últimas veces. —Eso era un no.
—Otohime-chan, ¡déjame a mí! —exclamó, dando saltitos y levantando la mano—. ¡A mí! ¡A mí!
—No —intervino Ryū—. Te falta chakra.
—¡Juuuuujujujuju! ¿Quiere eso decir que por una vez te vas a sacrificar por el resto? ¡Eso sí es noticia!
Ryū no le respondió con la palabra, sino con sus actos. Se dio la vuelta, e inclinó la cabeza hacia adelante, apartando las rastas para que pudiese dar un golpe limpio. Shaneji, todavía sonriente, ni se lo pensó. Sacó su maza a relucir, tomándola al revés, y con una expresión de placer en su rostro le dio un tremendo golpetazo en la nuca con la base del mango. Todavía con mayor fuerza que en Kaido, por si acaso.
Se produjo un silencio. Un silencio largo.
—Papá, ya te ha dado.
—Hmm. —Y es que Ryū ni se había inmutado.
—¿Estás hecho de acero, o qué? —preguntó con fastidio.
—Si no puedes dejarme inconsciente, te tendrá que tocar a ti.
—¡Juuuuujujujuju! Esa es buena.
—Vamos, Shaneji-kun. ¿No decías que era tu hermano de agua? Cederle tu chakra para su bautizo es… —tardó unos segundos en encontrar la palabra—, simbólico.
Joder, aquella niña sabía dar en la diana.
—¡La última vez! —rugió finalmente—. ¡Os lo digo! ¡Esta es la última vez!
Enfadado. Rabioso. Incluso indignado. Pero lo aceptó. Lo aceptó porque consideraba a Kaido un hermano de agua, porque tenía grandes esperanzas puestas en él, y porque, para qué negarlo, sí lo consideraba simbólico. Las dos últimas veces lo había hecho a regañadientes. No le caían bien las Cabezas elegidas.
Aquella lo haría por alguien que al menos se lo merecía.
Ryū dio un paso hacia él y le dio un golpe en la nuca con el canto de la mano. Tan rápido y sencillo como eso, y cayó desplomado al suelo. Otohime tiró el cigarrillo y se agachó para darle la vuelta y ponerlo boca arriba. Acto seguido, se concentró por unos instantes, y unas complicadas fórmulas de sellado surgieron en la palma de su mano, que estrelló en el estómago de Shaneji.
Se dibujó entonces un sello en la piedra caliza, vinculado a Otohime.
—Siéntate —pidió a Kaido—. Imagino que ya sabes cómo es, ¿no? ¿Dónde quieres que te lo coloque?
—Pues ya sabéis cómo va esto —dijo, mirando a todos y a ninguno en concreto—. Necesito usar el chakra de uno de vosotros.
—Yo ya dejé que me chupases como una garrapata las dos últimas veces. —Eso era un no.
—Otohime-chan, ¡déjame a mí! —exclamó, dando saltitos y levantando la mano—. ¡A mí! ¡A mí!
—No —intervino Ryū—. Te falta chakra.
—¡Juuuuujujujuju! ¿Quiere eso decir que por una vez te vas a sacrificar por el resto? ¡Eso sí es noticia!
Ryū no le respondió con la palabra, sino con sus actos. Se dio la vuelta, e inclinó la cabeza hacia adelante, apartando las rastas para que pudiese dar un golpe limpio. Shaneji, todavía sonriente, ni se lo pensó. Sacó su maza a relucir, tomándola al revés, y con una expresión de placer en su rostro le dio un tremendo golpetazo en la nuca con la base del mango. Todavía con mayor fuerza que en Kaido, por si acaso.
Se produjo un silencio. Un silencio largo.
—Papá, ya te ha dado.
—Hmm. —Y es que Ryū ni se había inmutado.
—¿Estás hecho de acero, o qué? —preguntó con fastidio.
—Si no puedes dejarme inconsciente, te tendrá que tocar a ti.
—¡Juuuuujujujuju! Esa es buena.
—Vamos, Shaneji-kun. ¿No decías que era tu hermano de agua? Cederle tu chakra para su bautizo es… —tardó unos segundos en encontrar la palabra—, simbólico.
Joder, aquella niña sabía dar en la diana.
—¡La última vez! —rugió finalmente—. ¡Os lo digo! ¡Esta es la última vez!
Enfadado. Rabioso. Incluso indignado. Pero lo aceptó. Lo aceptó porque consideraba a Kaido un hermano de agua, porque tenía grandes esperanzas puestas en él, y porque, para qué negarlo, sí lo consideraba simbólico. Las dos últimas veces lo había hecho a regañadientes. No le caían bien las Cabezas elegidas.
Aquella lo haría por alguien que al menos se lo merecía.
Ryū dio un paso hacia él y le dio un golpe en la nuca con el canto de la mano. Tan rápido y sencillo como eso, y cayó desplomado al suelo. Otohime tiró el cigarrillo y se agachó para darle la vuelta y ponerlo boca arriba. Acto seguido, se concentró por unos instantes, y unas complicadas fórmulas de sellado surgieron en la palma de su mano, que estrelló en el estómago de Shaneji.
Se dibujó entonces un sello en la piedra caliza, vinculado a Otohime.
—Siéntate —pidió a Kaido—. Imagino que ya sabes cómo es, ¿no? ¿Dónde quieres que te lo coloque?
![[Imagen: ksQJqx9.png]](https://i.imgur.com/ksQJqx9.png)
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado