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Otoño-Invierno de 221

Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
#2
Ranko caminaba por el lado derecho de los pasillos. La gente que entraba y salía de los dojos pasaba por su lado, a veces obligándole a pegarse incluso más a la pared para evitar el contacto físico. Bajaba la mirada para permitirles ignorarla en paz. Aguantaba la respiración cada que un grupo suficientemente grande de ninjas pasaba cerca.

"Tienes que ir a entrenar por tu cuenta, especialmente los días que yo esté fuera" le había dicho su madre. La niña aceptó sin rechistar, aunque le diesen retortijones en el estómago. Le hacía muy mal practicar frente a otros.

Desafortunadamente para la kunoichi, ese día era uno muy ocupado en los Dojos de instrucción, y se le estaba dificultando ubicar una estancia desocupada. Aunque si se fijaba, la cantidad de personas no era tan grande, pero sí lo suficiente para incomodar a Ranko (y para ocupar egoístamente todos los dojos. ¡¿Qué se creen?!). Claro que podría preguntarle al encargado si podría guiarla a uno vacío. La desventaja de ello sería eso: tendría que preguntarle algo a alguien, lo cual era igual de malo. Recorrió varios pasillos buscando, pero en casi todos se escuchaba al menos una voz detrás de las puertas.

"Debí de haberme quedado en casa. Podría haber entrenado sola con mi soledad, pero nooo~ Mi madre tenía que decirme que viniera aquí precisamente" se dijo.

Después de un buen rato de buscar, se topó con una puerta detrás de la cual no parecía sonar ser alguno. Respiró profundamente. Tenía que ser allí. Si no, tendría que esperar por horas, tal vez. O entrar a entrenar con otras personas. ¡Qué miedo! Ligeramente abrigada con una blusa gruesa de mangas largas y pantalones que esta vez sí le llegaban a los tobillos, llevó su mano a la puerta. Tragó saliva.

"Por favor, que esté vacío, que esté vacío, que esté vacío, que esté vacío, que esté..."

Pero al deslizarla, no solo vio a un chico musculoso de rastas, sino a lo que parecía ser un lobo. Ambos entrenaban con ejercicios básicos, mas parecían llevar mucho tiempo haciéndolos. Ranko, con el corazón acelerado, dio un pequeñísimo paso hacia dentro del dojo, y se dispuso a caminar por todo el borde, yendo hacia la parte más alejada del chico.

"Se ve muy agitado y sudado. Debe de estar por irse. Por favor, que esté por irse, que esté por irse, que esté..."

Se sentó, intentando controlar la respiración, y desenfundó su wakizashi, Higanbana. La colocó sobre sus piernas cruzadas y se concentró en su reflejo sobre la hoja. Tal vez podría tener un aire reflexivo, mas Ranko en realidad no sabía qué hacer. Se dijo que no se levantaría a entrenar hasta que el ninja de las rastas se fuera.

"Sí... Sí, eso es lo mejor. Posiblemente lo molestaré si entreno ahorita. No seré un obstáculo ni nada... Además, ¿qué hace un lobo aquí? ¿Es una mascota ninja? No quiero molestarla a ella tampoco..."

Tragó saliva de nuevo y comenzó a respirar profundamente.
Pensamientos (Plum) Diálogos (PaleVioletRed)

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Mensajes en este tema
RE: Un! dos! tres! un pasito palante, Yasúo! un! dos! tres! un pasito patrás! - por Sagiso Ranko - 7/12/2018, 06:34


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