7/12/2018, 17:11
—Ya lo sé. Sin embargo, tengo una madre y una araña allí fuera, esperando para poder regresar, así que me temo que no tengo mucha opción —respondió Yota—. Agradezco la hospitalidad, pero tampoco quiero causar molestias y aquí Kumopansa causaría molestias debido a la aracnofobia.
—Está bien... Tened cuidado entonces —accedió Ayame con una sonrisilla, dejando caer los hombros.
—Bueno, bueno, pues que te vaya bien, ¿sí? —añadió Daruu, empujando el Kusajin por la espalda hacia la salida.
Sólo le había faltado cerrarle la puerta en las narices para terminar de expulsarlo del hogar.
—Mira que eres bruto a veces... —le susurró Ayame a su pareja, con los brazos cruzados sobre el pecho, una vez se hubieron quedado a solas.
—Está bien... Tened cuidado entonces —accedió Ayame con una sonrisilla, dejando caer los hombros.
—Bueno, bueno, pues que te vaya bien, ¿sí? —añadió Daruu, empujando el Kusajin por la espalda hacia la salida.
Sólo le había faltado cerrarle la puerta en las narices para terminar de expulsarlo del hogar.
—Mira que eres bruto a veces... —le susurró Ayame a su pareja, con los brazos cruzados sobre el pecho, una vez se hubieron quedado a solas.