8/12/2018, 02:22
—Me encontré con una pequeña sorpresa en el País del Viento —Kaido no quitó la mirada de su máscara. Casi que imaginando los labios de la mujer moverse, lentamente, para soltar aquel martillo demoledor que tumbaría el velo de mentiras creado por Muñeca y el difunto Katame—. En la Prisión del Yermo, un preso que debía estar muerto.
—Me encontré a Uchiha Zaide.
«No... no puede ser»
—¿¡Cómo dices!?
El estruendo que causó el resquebrajo de la mesa sacó a Kaido de su ensimismamiento, que ahora mismo no parpadeaba. Trataba de mantener la compostura y guardar las apariencias —más aún, porque no había revelado nada acerca de que él sabía quién era Uchiha Zaide—. pero es que aquella noticia, como a todos y cada uno de los Cabeza de Dragón, le había sentado de culo.
Es que era una de esas verdades que tumbaban realidades. Que cambiaban totalmente el contexto de las cosas.
Zaide era el asesino de Hayai, y por tanto, las normas del libro de fuego relataban que aquel que matase a un Cabeza de Dragón podía ocupar su lugar, o bien morir a manos de sus hermanos. Entonces, el papel de Katame y de su incersión en Dragón Rojo dependía directamente de su supuesto asesinato de Zaide.
Pero si Zaide estaba vivo, aquello quería decir que ...
El gyojin cayó en cuenta que estaba conteniendo el aliento. El poder que emanaba de Ryu le había hecho olvidar cómo respirar. Así de inmensa era el aura que emanaba de él.
—¡Kaido! Tú sabes que es mentira, ¿v-verdad?
—Lo único que sé ahora mismo es que tenemos a una jodida aldea entera oliéndonos el culo. Y lo que es peor, que están siendo patrocinados por el mismísimo Señor Feudal del País de Agua. Lo que quiere decir que no les va a faltar financiación a la hora de que decidan no escatimar en recursos y cobrar venganza por la muerte de sus dos ninjas —dijo, tan severo como su corazón sentía que tenía que serlo—. la has liado parda, Muñeca.
—Me encontré a Uchiha Zaide.
«No... no puede ser»
—¿¡Cómo dices!?
El estruendo que causó el resquebrajo de la mesa sacó a Kaido de su ensimismamiento, que ahora mismo no parpadeaba. Trataba de mantener la compostura y guardar las apariencias —más aún, porque no había revelado nada acerca de que él sabía quién era Uchiha Zaide—. pero es que aquella noticia, como a todos y cada uno de los Cabeza de Dragón, le había sentado de culo.
Es que era una de esas verdades que tumbaban realidades. Que cambiaban totalmente el contexto de las cosas.
Zaide era el asesino de Hayai, y por tanto, las normas del libro de fuego relataban que aquel que matase a un Cabeza de Dragón podía ocupar su lugar, o bien morir a manos de sus hermanos. Entonces, el papel de Katame y de su incersión en Dragón Rojo dependía directamente de su supuesto asesinato de Zaide.
Pero si Zaide estaba vivo, aquello quería decir que ...
El gyojin cayó en cuenta que estaba conteniendo el aliento. El poder que emanaba de Ryu le había hecho olvidar cómo respirar. Así de inmensa era el aura que emanaba de él.
—¡Kaido! Tú sabes que es mentira, ¿v-verdad?
—Lo único que sé ahora mismo es que tenemos a una jodida aldea entera oliéndonos el culo. Y lo que es peor, que están siendo patrocinados por el mismísimo Señor Feudal del País de Agua. Lo que quiere decir que no les va a faltar financiación a la hora de que decidan no escatimar en recursos y cobrar venganza por la muerte de sus dos ninjas —dijo, tan severo como su corazón sentía que tenía que serlo—. la has liado parda, Muñeca.