9/12/2018, 19:24
¿Y qué? quiso decir. Los tiempos daban. La llamada Paz de Shiona perduraría, tambaleante, pero perduraría. Al menos hasta que Uchiha Datsue perdiera su follón por una cebolla. A partir de ahí, a partir de ese preciso instante, todo; Todo, se fue a la mierda.
El rostro de Kaido trató de mantenerse inmutable mientras Otohime volteaba las cartas. Una a una, más impredecible que otra, iban revelando los distintos y posibles planes que tenía Dragón Rojo con él. Distintos escenarios, a cada cual, más perjudicial que el otro. Y todo, por supuesto, supeditado a su lealtad. O a la incipiente duda que aún recaía sobre ella.
—Casi que hubiérais preferido que realmente no fuera un renegado. Qué curioso —respondió—. pero ya lleváis medio mes sabiendo que, en efecto, todo eran pájaros revoloteando vuestras cabezas. Y aún no soy un cadáver y sigo bastante lejos del País de la Tormenta. ¿Entonces qué va a ser?
El rostro de Kaido trató de mantenerse inmutable mientras Otohime volteaba las cartas. Una a una, más impredecible que otra, iban revelando los distintos y posibles planes que tenía Dragón Rojo con él. Distintos escenarios, a cada cual, más perjudicial que el otro. Y todo, por supuesto, supeditado a su lealtad. O a la incipiente duda que aún recaía sobre ella.
—Casi que hubiérais preferido que realmente no fuera un renegado. Qué curioso —respondió—. pero ya lleváis medio mes sabiendo que, en efecto, todo eran pájaros revoloteando vuestras cabezas. Y aún no soy un cadáver y sigo bastante lejos del País de la Tormenta. ¿Entonces qué va a ser?