10/12/2018, 21:24
Detrás de Kori vino Daruu, quien quedó pálido como un fantasma al ver allí plantada y en pijama a la misma persona que había devuelto a rastras a Amegakure.
—¿M... mamá...?
—Oh, vamos, Daruu, ¿no esperabas que me quedase de brazos cruzados? ¡Tranquilo, que ya te he perdonado! Me desahogué con tu Kage Bunshin.
»¡Oh, Kori-kun! He traído bollitos. —señaló a la bolsa que descansaba en la mesita de noche.
—¿¡Pero cómo lo has hecho!? —exclamó Daruu, casi indignado—. ¡Revisé toda mi ropa en busca de marcas!
Kiroe soltó una risilla divertida.
—Lástima que no revisaras el pantalón del gran Aotsuki Zetsuo.
«¿Cuándo? ¡Si ella iba delante en el perro!»
—¿M... mamá...?
—Oh, vamos, Daruu, ¿no esperabas que me quedase de brazos cruzados? ¡Tranquilo, que ya te he perdonado! Me desahogué con tu Kage Bunshin.
»¡Oh, Kori-kun! He traído bollitos. —señaló a la bolsa que descansaba en la mesita de noche.
—¿¡Pero cómo lo has hecho!? —exclamó Daruu, casi indignado—. ¡Revisé toda mi ropa en busca de marcas!
Kiroe soltó una risilla divertida.
—Lástima que no revisaras el pantalón del gran Aotsuki Zetsuo.
«¿Cuándo? ¡Si ella iba delante en el perro!»